Discreto, sin vehículos oficiales y en un transporte rentado, como si quisiera pasar desapercibido, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, llegó a la mina siniestrada en Sabinas, Coahuila.
Eran las 3 de la tarde con 11 minutos. Los rayos del sol aplastaban a quienes se mantenían en las diferentes áreas de acceso a la mina, custodiadas por varios soldados que negaban el paso a familiares y a periodistas.
En ese momento una camioneta Van blanca con número económico 391 de la empresa Punto Transporte, seguida de una camioneta Suburban, ingresaron a la mina sin hacer alto, por la entrada del libramiento sur.
Este acceso estaba prácticamente solo, pero una mujer de la tercera edad que esperaba al mandatario lo vio llegar en el transporte de personal y corrió a saludarlo. El vehículo no hizo alto y el presidente, que quizá no se dio cuenta de la mujer, no contestó el saludo.
Exactamente una hora y 20 minutos después, la unidad de transporte de personal con López Obrador a bordo salió por la misma entrada sin hacer alto para atender a los reporteros, hasta que uno de ellos se atravesó al paso para obligar a que la unidad hiciera alto y así poder cuestionar al mandatario.
López Obrador no respondió a las preguntas. Su chofer aceleró hasta que quitó de en medio del camino a quien le bloqueaba el paso y siguió su marcha.
Unos metros más adelante la unidad se detuvo para que López Obrador saludara a unas mujeres en el camino y de nuevo fue alcanzado por los reporteros, pero el conductor de la Van otra vez aceleró e hizo que los representantes de los medios de comunicación corrieran a un lado y detrás, tratando de obtener respuestas del presidente.
Finalmente la camioneta bajó la velocidad y Obrador contestó tres preguntas y se fue. El presidente dijo que se sigue trabajando en el rescate de los mineros. Afirmó que habrá castigo para los responsables, pero diluyó la importancia de esto argumentando que lo principal es sacar a los trabajadores de la mina y finalmente externó que espera sea lo antes posible.
No dio a conocer la identidad del propietario de la mina y tampoco informó cuándo esperan llegar al lugar en el que se encuentran los 10 mineros, ni dijo si llegará más equipo de rescate o si se investigan las causas del accidente para sancionar a quien pudiera resultar responsable.
Buscan respuestas. Reporteros locales y nacionales corrían hacía la unidad en la que viajaba López Obrador para preguntarle sobre los trabajos de rescate de los mineros. (Foto: SERGIO A. RODRÍGUEZ)