Jeniffer a sus 41 años de edad, es una joven abuela de dos pequeños de 4 y 3 años de edad; Sergio es el nieto mayor.
Quizá al escuchar la palabra abuelos viene a la mente una imagen de una persona mayor, con su cabello cubierto de canas, con anteojos y en su rostro algunas arrugas que remarcan sus sonrisa o cualquier gesto, así como en sus manos, pero esto en algunos casos pudiera estar alejado de la realidad.
Este 28 de agosto, en México se celebra a todos los abuelos, fecha que fue decretada en 1982, con la intención de reconocer la importante labor que tienen como integrantes de una familia.
Y este domingo, Ana Jeniffer está de fiesta. Ella es uno de los casos que se encuentran fuera de la imagen que se viene a la mente cuando escuchamos la palabra abuelos. Y es que a sus 41 años de edad, además de ser madre de tres hijos ahora adultos, es abuela de dos pequeños, uno de cuatro años de edad y una más de tres años.
Acompañada de su nieto mayor, Jennifer compartió que fue a la edad de 37 años cuando recibió la noticia de que se convertiría en abuela. Fue su segundo hijo, Sergio, quien la convirtió en abuela a una edad, en la que hoy en días tal vez algunas parejas aún piensan en tener hijos y formar una familia.
"Cuando me dieron la noticia fue algo que no me lo esperaba, pero al mismo tiempo dije, pues no puedo tener una mala actitud porque sé que en el momento de que conozca a la personita va a ser una cosa muy diferente. Entonces lo tomé bien dentro de lo que cabe y a esperar la llegada del bebé, y ya cuando lo vi, me cambiaron el chip, enamoradísima".
Cuando el momento tan esperado llegó, ansiaba el saber cómo es que es ese pequeño ser la llamaría cuando pudiera decir sus primeras palabras. "Esperaba el saber cómo se iba a dirigir hacia mí, no sabía cómo me iba a nombrar, ahora me dice 'abue'", dijo con emoción. Para Jeniffer, es cierto el dicho que dice que una madre aprende a serlo cuando es abuela. "Sí es cierto", comentó sonriente.
EL MOMENTO DE ROMPER REGLAS
Entre sus anécdotas como madre de familia, contó que por ningún motivo permitía a sus hijos estar en su sala, puesto "que la sala era solo para los invitados", por lo que siempre los mandaba a su cuarto con todo y sus juguetes, lugar en donde podían hacer y deshacer.
Pero con la llegada del pequeño Sergio, ahora de cuatro años de edad, todo cambió. Las prohibiciones no fueron hechas para él. Y fue justo la propia Jeniffer quien rompió su propia regla. Con la llegada de su nieto, también llegó un brincolín, el cual fue instalado en medio del comedor y la prohibida sala. "Nunca lo imaginé", dijo sonriente.
Con estos actos también reconoce que las abuelas "doblan las manos con sus nietos", es decir, con las abuelas está permitido casi todo.
Y eso pasa a las abuelas de cualquier edad, aseguró pues en su negocio de belleza, el cual le permite pasar horas de pláticas con personas mayores, que comparten sus anécdotas con sus nietos, historias con las que comprueba, lo dice, que por los nietos son capaces de doblar sus manos, "y es lo mismo a cualquier edad, solo que la energía puede ser mayor".
La joven abuela tiene la idea de que puedan ser seis los nietos los que sus hijos le pudieran regalar, "pienso... pueden ser más o pueden ser menos, no sé".
A Jeniffer también le entusiasma la idea de que pueda ser una bisabuela joven, pues en su familia es algo común.
"En mi familia siempre hay cinco generaciones vivas. Yo ahorita tengo abuela. Entonces ahorita es mi abuela, mi papá, soy yo, y mis hijos y mis nietos. Es decir mi nieto tiene tatarabuela", comentó orgullosa.
La abuelita compartió también que entre su grupo de amigas, ella es la única que se ha convertido en abuela, cuando la mayoría se ha "estrenado" como mamás.
"Tengo amigas de mi edad que tienen sus hijos mayores 15 o 17 años, y otras que apenas están empezando y algunas más que lo están intentando".
La constante entre la plática con sus amigas es, ¿cómo fue para ella ser una mamá joven y qué es lo que piensa en convertirse en mamá a los 40 años?, a lo que ella responde: "les digo, depende mucho de lo que te toca, porque yo sí prefiero lo que yo viví, y es que para mí ser mamá ahorita sería muy pesado… es que todo tiene pros y contras".
En esta fecha importante para los abuelos, dice que no sería precisamente un motivo de reunión familiar, puesto que para su familia es una tradición hacerlo cada lunes, y en esta ocasión, se podría sumar el festejo de los abuelos.
37
AÑOS
Tenía Ana Jeniffer cuando se convirtió en abuela del pequeño Sergio.