Del 1 de diciembre de 2018 al 15 de enero de 2022. (ARCHIVO)
La inflación ha confirmado, en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, por qué es considerada como el impuesto de los pobres, pues han sido los más afectados. Del 1 de diciembre de 2018 al 15 de enero de 2022, es decir, en los primeros 37 meses y medio de la autollamada Cuarta Transformación, la inflación general acumulada ha sido de 14.9%.
Esta tasa es mayor que en el periodo similar del gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando el país sumó una inflación de 11.1% del 1 de diciembre de 2012 al 15 de enero de 2016, de acuerdo con cifras del Inegi. Con Felipe Calderón Hinojosa, los precios subieron 16% en el mismo lapso, mientras que con Vicente Fox Quesada, la inflación acumuló una tasa de 16.4%.
A pesar de que el Presidente ha reiterado "por el bien de todos, primero los pobres", los hogares más necesitados han sufrido la mayor inflación en su gobierno. Las familias con ingresos de hasta un salario mínimo, es decir, aquellas que perciben máximo 5 mil 190 pesos al mes, han enfrentado una carestía de 16.1% desde que inició la administración actual. Es decir, los precios de los bienes y servicios que mayormente consumen tuvieron un alza superior a la inflación general, de 14.9%, en ese periodo.
La situación fue similar para los hogares que ganan entre uno y tres minisalarios, de 5 mil 191 a 15 mil 560 pesos, pues también resintieron una carestía de 16.1%, muestran las cifras del Inegi. La inflación se moderó a 15.4% para las familias que perciben entre tres y seis salarios mínimos, de 15 mil 561 a 31 mil 120 pesos.
Sin embargo, los menos afectados fueron aquellos hogares con ingresos superiores a 31 mil 120 pesos, pues los precios de los bienes y servicios que consumen subieron 14.3%, es decir, menos que la tasa general de inflación. Los programas del gobierno actual han beneficiado a los hogares con mayores ingresos y no a los más necesitados, de acuerdo con un análisis que CitiBanamex publicó en agosto pasado.
Los culpan de los incrementos
Para José Carlos Rivero, quien desde 2009 se encarga de la tienda que abrió su familia hace 55 años, los aumentos de precios de los abarrotes son mayores a los datos oficiales, por lo menos en 2021 subieron 20%, dijo. El Inegi informó que la inflación nacional fue de 7.4% en 2021 y significó su mayor nivel de los últimos 21 años, aunque los precios se incrementaron de 8.2% a 9.5% en nueve de las 32 entidades federativas, donde habitan uno de cada cinco mexicanos.
"La gente piensa que los tenderos somos abusivos, pero cuando va a otra tienda se da cuenta que los precios suben en todos lados y dice que todo está por las nubes", externó Rivero.
Desde su punto de vista, los aumentos han sido desproporcionados y se trata de un alza generalizada, que fue de 20% a 30% en diversos productos en 2021. Por ejemplo, un aceite comestible que costaba 28 pesos a principios de 2021, terminó el año en 40 pesos.
“La leche que vendíamos en 20 pesos, ahora está en 24 pesos. A inicios de 2021, el huevo estaba a 30 pesos y en diciembre llegó a 38 pesos el kilo.
"El 2021 se fue con todo en materia de precios. El jamón subió bastante, como 35%; el kilo estaba a 100 pesos y hoy vale 140. Aunque hay jamones económicos, generalmente no agradan, esos se elevaron de 70 a 90 pesos". Añadió que el cloro más barato pasó de 10 a 13 pesos, pero el de una marca reconocida se incrementó a 16 pesos.
"En 2020, los precios estaban más o menos estáticos, como en stand by, es decir, casi no hubo alza de precios, pero en 2021 existieron dos o tres aumentos", aseguró el tendero.
Menos ventas
Los ingresos bajaron para todos. "Desafortunadamente, ha disminuido un poco el trabajo para todo el mundo, incluyendo para nosotros y no alcanza. Las ventas se han visto afectadas por los aumentos de precios en papitas, refrescos, pan, todo ha subido arriba de 20%", dijo el abarrotero.
Por la carestía y falta de ingresos, “nos piden cada vez más fiado, sobre todo las mamás solteras que tienen ingreso quincenal o mensual. Hay gente que me pide fiado y así la apoyamos". Hay otras personas que antes compraban un cuarto de kilo de jamón, pero ahora sólo 100 gramos y otros 100 de queso.
Octavio Pérez, dueño de un negocio de abarrotes, percibió que el alza fue mucho mayor en los primeros días de enero, luego de que todo se encareció en 2021. Los refrescos, frituras, galletas y en general todo subió "de un peso en un peso" en 2021, pero a inicios del presente año, el aumento fue "de dos o más pesos". El problema, dijo, es que la gente no tiene dinero y sus ventas cayeron 40% más o menos.
En su opinión, "no subieron tanto los precios en 2021, pero se dispararon a principios de 2022; fueron muy altos. La verdad es que no subían tanto, pero este año subieron mucho más". Para Silvia Hernández, dueña de una carnicería y verdulería, independientemente de que los productos suben por temporadas, sobre todo la fruta y verduras a finales y principios de año, las cosas se encarecieron más de lo normal esta vez. Explicó que sus ventas no han recuperado el nivel que tenían antes de la pandemia y culpó a los aumentos de precios y la situación económica del país.
Detectó que la gente es más cautelosa en sus compras, pregunta el precio, hace cuentas y luego pide un cuarto, medio kilo o lo que puede pagar. El Consejo Nacional Agropecuario ve difícil que el precio de los agroalimentos se estabilice este año, debido a que persiste la caída en la producción, los mayores costos de insumos y el abandono de tierras de cultivo ante el aumento de la presencia del crimen organizado.