(LEX VAN LIESHOUT / EFE)
El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, afirmó este sábado que se debe “actuar de forma decisiva contra los que se oponen a la seguridad y tranquilidad del país”, en medio de las protestas por Mahsa Amini, informaron los medios iraníes.
Raisí realizó la afirmación en una conversación telefónica con la familia de un miembro de las fuerzas de seguridad que falleció apuñalado en las protestas que sacuden dese hace ocho días el país, según IRNA.
Las protestas comenzaron el viernes 16 al conocerse la muerte de Amini tras ser detenida por la Policía de la moral por llevar mal el velo y se han ido extendiendo por el país.
La televisión estatal iraní elevó a 35 los muertos en las protestas, entre ellos efectivos de las fuerzas de seguridad.
Raisí regresó anoche a Teherán desde Nueva York, donde participó en la Asamblea General de la ONU. Allí restó importancia a las protestas asegurando que son algo "normal" y que en el país hay libertad, pero dejó claro que no se permitirá el "vandalismo".
El presidente participó este sábado en un acto de un colegio de Teherán para “abrir el año académico” en el país y se fotografió con los jóvenes estudiantes.
Sin embargo, las principales universidades de Teherán suspendieron este sábado las clases presenciales y optaron por las enseñanzas “online", una medida que se aplicará a largo de esta semana.
Las autoridades educativas han justificado la medida por los dos festivos de esta semana, el domingo por el aniversario del fallecimiento de Mahoma, y el martes por el del imán Reza.
Las universidades de la capital han sido escenario de protestas durante esta semana por la muerte de Amini y el cambio a las clases "online" se produce a pesar de que internet se encuentra fuertemente restringido en el país desde hace días.
Amini fue detenida el martes de la pasada semana por la llamada Policía de la moral en Teherán, donde se encontraba de visita, y fue trasladada a una comisaría para asistir a "una hora de reeducación" por llevar mal el velo.
Murió tres días más tarde en un hospital adonde llegó en coma tras sufrir un ataque al corazón, que las autoridades han atribuido a problemas de salud, algo rechazado por la familia.
Su muerte ha logrado galvanizar a miles de iraníes a través del dolor y la empatía, a diferencia de otras ocasiones en las que las manifestaciones se redujeron a fragmentados grupos sociales movilizados por la economía.