(ESPECIAL)
El gigante tecnológico chino Baidu anunció hoy en Pekín el lanzamiento de una computadora cuántica de desarrollo propio con acceso abierto para las personas a través de un sistema que permite su uso con cualquier dispositivo, informa el diario hongkonés South China Morning Post.
El ordenador dispone una potencia de solo de 10 bits cuánticos, o cúbits, menos unidades para computación cuántica que los sistemas más avanzados construidos por las principales universidades de China y empresas como Google (53 cúbits) e IBM (127 cúbits).
A pesar de las menores prestaciones en comparación con sus contrapartes extranjeras, los científicos cuánticos chinos confesaron tener grandes esperanzas en el nuevo sistema porque se trataba de un primer paso para sacar esta tecnología futurista de los laboratorios.
La computadora cuántica, que fue presentada en la conferencia ‘Quantum Create 2022’, ha sido bautizada como Qianshi, y según la tecnológica, se trata de la primera "solución de integración de software y hardware cuántico para todas las plataformas" del mundo.
Baidu es probablemente más conocida por su motor de búsqueda, pero cree que su ordenador cuántico puede ayudar en el rápido desarrollo de la inteligencia artificial, la biología computacional, la simulación de materiales y la tecnología financiera.
La compañía con sede en Beijing también anunció que habían desarrollado un chip cuántico de 36 cúbits, una cantidad que los sigue manteniendo lejos de sus competidoras.
La japonesa Fujitsu busca vender ordenadores de 64 cúbits para el año 2023, con el objetivo de alcanzar los 1.00 cúbits para 2027.
Por su parte, la estadounidense IBM planea llegar hasta los 4.000 cúbits de potencia cuántica en 2025.
Varios analistas predicen que la escala industrial de la computación cuántica en el mundo alcanzará los 800.000 millones de yuanes (116.000 millones de dólares, millones de euros) para 2031, y la mayoría de las grandes empresas adaptarán la tecnología de computación cuántica en una década.
La computación cuántica tiene muchas aplicaciones, entre ellas la de resolver en segundos, cuando funcione a pleno rendimiento en el futuro, algoritmos que con los ordenadores tradicionales se tardaría cientos de miles de años.