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Para muchos, el concepto de trabajar de forma remota o teletrabajo es algo que nació recientemente, sin embargo, es una forma de empleo que existe desde la década de los setentas, cuando hubo crisis petrolera en Estados Unidos y una forma de ahorrar gasolina era que trabajadores de ciertos sectores económicos pudieran hacer sus actividades de casa.
La empresa tecnológica IBM en los años ochenta comenzó a instalar terminales en casa de sus empleados, para 2010 ya tenía casi un 40% de ellos trabajando de forma remota, poco más de 150 mil empleados en esa época, según Quartz* y de acuerdo el mismo informe IBM se ahorraba unos 100 millones de dólares anuales en gastos de oficina. Sin embargo, en 2017 decidieron que un gran porcentaje de esos empleados volvieran de forma permanente a trabajar en sus oficinas, porque estaban convencidos que muchas de las ideas creativas sólo se dan cara a cara, en pláticas de pasillo y en reuniones en persona.
Durante la pandemia del COVID-19 es cuando tomó más auge la forma de trabajar remotamente, muchas de las empresas en México se vieron obligadas a tener a sus empleados trabajando desde casa, por lo menos algunas semanas o meses después de marzo de 2019 y luego paulatinamente fueron volviendo a su actividad normal. Sin embargo, algunas empresas decidieron que era más fácil, económico y de alguna forma se mantenía el ritmo de trabajo así que seguir de ese modo les ha funcionado hasta la fecha.
Para quien emplea puede ser un ahorro en gastos de luz, internet y oficinas cuando son de renta. Para los empleados es una solución que resuelve varios problemas, sobre todo en las grandes ciudades, donde el transporte es un martirio por las distancias en tiempo que significan. También, porque les permite trabajar más a su ritmo, intercalando sus obligaciones laborales con con cuestiones personales y que mientras tengan una forma efectiva de medir resultados, no debería ser un problema, tan es así, que se ha regulado en México.
Hay por supuesto áreas donde es fácil implementarlo, sobre todo aquellas donde no se tenga interacción en la primera línea, de cara al público, en donde las posiciones de trabajo se basen en el conocimiento, no en manufactura. Así, trabajar desde una computadora en casa u en otro lugar diferente a las oficinas del empleador es algo que puede ser más cómodo, menos estresante y además significar ahorros en gastos de transporte y de lo más valioso, tiempo. Sin embargo existe un problema de la cultura laboral.
Ciertamente en un trabajo normal de oficina se pueden tener tiempos muertos, donde la gente se tome tiempo para relajarse y descansar, pero estando en casa y sin una supervisión puede ser contraproducente, porque no todos manejamos como si un tránsito nos estuviera viendo.
Así, teniendo reuniones virtuales de vez en vez se puede trabajar similar a en oficina, pero de acuerdo a un reciente estudio de Stanford y Columbia, aunque tener videoconferencias ayuda, la gran diferencia entre la interacción en persona y reuniones virtuales es que "al reducir el alcance visual a una pantalla, el enfoque cognitivo de los comunicadores se limita", lo que perjudica la generación de ideas. Así las cosas, ser productivo ya no es suficiente, se debe ser innovador.
* IBM llama empleados a trabajar a oficina, 2017 https://bit.ly/3vuSJy8
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