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El aprendizaje, por sí mismo, es una habilidad, el fomentarlo y el tener una actitud abierta hacia él pueden impulsarnos personal y profesionalmente para ser muy competitivos. Invertir en nuestro aprendizaje y desarrollo nunca ha sido más importante que en la actualidad, de hecho, el Foro Económico Mundial declaro recientemente la urgencia de adquirir nuevas habilidades, tomando en cuenta que el mundo enfrenta una cantidad inmensa de empleos que están siendo transformados por la tecnología.
Aun antes de que surgiera la pandemia del COVID-19, el antiguo mundo de los empleos estables ya estaba desapareciendo rebasado por la expectativa de ejecutivos y empleados de continuar actualizando sus habilidades para continuar siendo competitivos.
La pandemia solamente aumento la urgencia de duplicar nuestros esfuerzos en adquirir más habilidades.
A pesar de este contexto y del casi constante rechazo de las personas para adaptarse al aprendizaje continuo, muchas empresas se esfuerzan para alcanzar sus metas de desarrollo de habilidades nuevas y muchas personas también se esfuerzan en aprender nuevas y poco familiares habilidades de manera efectiva.
Efectivamente, las oportunidades de aprendizaje formal -en las escuelas y universidades-. solo cubren un pequeño porcentaje del aprendizaje que necesita un profesionista para desarrollar su carrera. Las experiencias e interacciones diarias representan excelentes oportunidades de aprendizaje, pero solo si la persona trata intencionalmente cada momento como una oportunidad de aprendizaje.
Como dijo Lucio Anneo Séneca -Filósofo, político, orador y escritor romano-, "Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías, breve y eficaz por medio de la práctica y de ejemplos". Y el maestro aparece cuando el alumno está listo para aprender. Cada uno de nosotros podemos convertirnos en "aprendiz intencional". Hay dos formas de pensar críticas o creencias, y cinco prácticas básicas o comportamientos que colectivamente nos reorientan hacia el aprendizaje en todo lo que hacemos.
Nuestra forma de pensar es poderosa y ejerce una tremenda influencia en nuestro comportamiento, muchas veces de forma inconsciente. Cuando nuestra forma de pensar se basa en la auto eficiencia -la creencia de que nuestras acciones nos ayudan a conseguir lo que queremos-, hay dos formas de pensar son especialmente poderosas para los aprendices intencionales: pensar en el crecimiento personal y tener mucha curiosidad.
Todos podemos ser aprendices intencionales, no es tan difícil como creemos. La psicología indica que las personas tienen uno de dos conjuntos de creencias acerca de sus habilidades: la creencia de que las características personales, los talentos y las habilidades, son finitas o son fijas y no se pueden alterar, cambiar o mejorar: uno es como es y ya.
Las personas que piensan de esta manera se consideran a sí mismos o inteligentes o personas promedio, talentosas, o no talentosas, exitosas o fracasadas. Esta forma de pensar, fija, no les permite a las personas convertirse en alguien distinto, son lo que son y ya.
El creer en el crecimiento les permite a las personas pensar que pueden ser diferentes, mejores, crecer, evolucionar, expandirse y crecer. La inteligencia y la capacidad no son fijas, se pueden cultivar. Pensar en el crecimiento personal nos libera, nos permite encontrar valor, alegría y éxito.
Por otra parte, la curiosidad es la máquina del aprendizaje intencional, puede cultivarse aun en aquellas personas que no se consideran a sí mismas como personas curiosas. Ser curiosos nos mueve nos impulsa a querer aprender. La curiosidad es estar atento, abierto a las ideas y nos da la habilidad para conectar conceptos que parecen no relacionarse.
Los investigadores dicen que la curiosidad es muy importante por tres razones. Primera, la inspiración esta directamente relacionada con un deseo intrínseco de aprender. La curiosidad impulsa la inspiración. Segunda, la curiosidad marca el inicio de un círculo virtuoso que alimenta nuestra habilidad de auto aprendizaje y, tercera, la curiosidad no disminuye con la edad, puede ser útil en toda nuestra vida, además, la curiosidad mantiene viva la motivación.
El combustible que se requiere para mantener viva la flama del auto aprendizaje lo proporcionan el deseo de crecer y la curiosidad. Hay cinco mejores prácticas que ayudan a los aprendices intencionales a tomar lo mejor de sus experiencias: 1. Establecer metas. 2. Tener tiempo para aprender. 3. Buscar activamente retroalimentación. 4. Practicar deliberadamente y Reflexionar para evaluarse a sí mismo para medir el avance.
El aprendizaje intencional es una inversión que hacemos en nosotros mismos, pero también es una inversión que hacemos en nuestra profesión, nuestra familia, nuestra comunidad, nuestra empresa y en nuestro mundo. Por lo anterior, el auto aprendizaje es la habilidad más fundamental que deben cultivar todos los [email protected]