A preguntas de los asistentes, este experto consideró que Rusia 'sí creía (y cree) que la OTAN presentaba una amenaza' y esta idea 'no es del pasado 24 de febrero', cuando empezó la actual guerra, sino que 'ha formado parte del discurso político en ese país durante más de diez años'. (ARCHIVO)
Rusia invadió Ucrania ante la percepción de que había una amenaza real de la OTAN, y en especial de Estados Unidos, después de años de expansión militar hacia el este e intervenciones en conflictos internacionales, opinó este miércoles Andrew Monaghan, investigador del estadounidense Wilson Center.
Monaghan participó en un debate virtual con Emily Ferris y Richard Connolly, especialistas en Rusia del Royal United Services Institute (RUSI) de Londres, el centro de estudios de defensa más antiguo del mundo.
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La organización realizó una reunión para evaluar el refuerzo inmediato que lleva a cabo en el este de EuropaA preguntas de los asistentes, este experto consideró que Rusia "sí creía (y cree) que la OTAN presentaba una amenaza" y esta idea "no es del pasado 24 de febrero", cuando empezó la actual guerra, sino que "ha formado parte del discurso político en ese país durante más de diez años".
Tanto el presidente ruso, Vladímir Putin, como los oficiales rusos "lo han estado diciendo repetidamente", cuestionando "la participación de Estados Unidos en asuntos internacionales, el despliegue de sus efectivos militares en el escenario global", explicó.
En el caso de la guerra en Ucrania, "pensaron que había una amenaza real de los EUA". "De hecho, han ido a la guerra tres, si no cuatro, veces en los últimos 15 años para demostrar que se lo toman muy en serio", recordó.
En el presente conflicto se producen "tres niveles de choque político: Moscú y Kiev, Moscú y Bruselas y Moscú y Washington, pero el primordial es con Kiev", ante el riesgo de un avance de la Alianza Atlántica, dijo Monaghan.
IMPACTO LIMITADO DE LAS SANCIONES
En la misma conversación, Connolly evaluó el impacto de las sanciones occidentales sobre la economía de Rusia y destacó una situación curiosa, que es que la depreciación del rublo por la presión sobre el sistema financiero ruso se está viendo compensada por unos saludables ingresos en esa moneda gracias al alto precio del petróleo y el gas, principales exportaciones de Rusia.
"Aunque no tenga acceso a divisas, no le faltarán rublos. Esto significa que es poco probable que el Kremlin tenga dificultades para pagar sus cuentas denominadas en rublos a nivel nacional", como el sueldo de los soldados o la seguridad social, afirmó el analista.
"Lo que vemos es una crisis de liquidez inducida artificialmente, en el sentido de que la capacidad de Rusia para realizar pagos en divisas, por ejemplo, se verá afectada por el hecho de que no pueden acceder a dólares y otras monedas", añadió.
Connolly cree que el Gobierno ruso estaba preparado para responder a sanciones, pues llevaba años sorteándolas, y acumuló "considerables reservas de divisas, al tiempo que tiene altos niveles de ahorro y poco flujo de deuda".
Si la guerra dura relativamente poco, podrá resistir, aunque, por supuesto, el gasto aumentaría si el conflicto se prolongara, indicó.
En cuanto al futuro de Rusia en la economía mundial, este académico opinó que la "ruptura con Occidente se mantendrá sea cuál sea el desenlace de la guerra".
"Hasta ahora, Rusia vendía materias primas a Europa y, a cambio, compraba bienes de consumo y tenía un lugar para 'aparcar' su capital", constató.
Pero, "tras la sorprendente congelación de los activos del Banco Central Ruso, es muy improbable que Rusia quiera volver a depositarlos en Occidente, por lo que ese pilar de la relación va a desaparecer".
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El presidente de Ucrania solicitó que se impongan nuevas sanciones contra todos los políticos de RusiaAl mismo tiempo -prosiguió-, "la desconfianza en Moscú por parte de los países occidentales es muy elevada" y seguramente aumentarán los esfuerzos para eliminar su dependencia en sectores como la energía.
Según este experto, esto implica que Rusia tenderá a gravitar hacia Asia en general y China en particular, que pasaría a venderle la mayor parte de sus bienes de consumo.