
(MARÍA DE JESÚS VÁZQUEZ)
Desde hace 60 años la familia Hernández, del ejido Coyote organiza la reliquia en honor a la Virgen de Guadalupe, aunque ahora es la tercera generación la que se encargada de hacerlo.
De acuerdo a lo que comentan los hermanos Hernández Salazar, sus padres Víctor y Emilia iniciaron con la tradición primero a San Isidro Labrador, en los años cincuenta y a partir de sesenta, empezaron a festejar a la “Reina de México”.
Al fallecer ambos continúo con tradición su hijo, también de nombre Víctor, pero hace dos años también “partió” y ahora se encargan sus hijas y esposa, que conforman la familia Hernández Zamora.
Algunos vecinos comentan que la reliquia en casa de la familia Hernández, es una de las más representativas en el ejido Coyote, pues siempre hacen mucha comida y acude una gran cantidad de personas, aunque a raíz de la pandemia se optó por rezar el Rosario solo con familiares y para la repartición de la comida se les programa a los vecinos a distintas horas, para evitar la aglomeración de personas.
Incluso hace unos 25 años al exterior del domicilio se construyó un altar, una especie de pequeño cerro, donde se colocó una imagen elaborada a base de yeso, el cual dijeron la construyeron los vecinos del Barrio Los Dormilones.
La familia comenta que año con año se preparan con muchos meses de anticipación para cubrir los gastos, pues son dos cerdos los que se utilizan para el asado y 25 cajas de sopas y 12 kilogramos de arroz.
Un día antes las vecinas acuden para ayudar en los preparativos previos para cocinar; dorar sopas, moler tomate, cebolla y demás ingredientes o bien a partir la carne.
Todo tienen que quedar listo a más tardar el medio día, pues generalmente en los ejidos se acostumbra a rezar el rosario temprano y la repartición de la reliquia.