(EL SIGLO DE TORREÓN)
Luego de más de 30 horas que se registró el derrumbe de silos en la planta Lagunero Alimentos Procesados S.A. de C.V., los familiares, vecinos y amigos de Edgar (Eddy, como ellos lo llaman de cariño) se encuentran desesperados por ubicarlo.
Durante la tarde de este martes, cuando el hijo mayor de Edgar acompañado de otros familiares saltaron la barda de la empresa y apoyados con palas y una caja de plástico comenzaron a remover la pila de maíz que terminó derramada entre los patios de la empresa para la que trabaja su familiar, asegurando que pudieron escucharlo y fue esto el detonante para que ingresaran.
Horas más tarde, al exterior comenzaron a concentrarse más vecinos y conocidos de Edgar, todos con domicilio en el ejido Simón Bolívar del municipio de Viesca, de donde el trabajador atrapado y su esposa son originarios. Cargando picos y palas, así como megáfonos comenzaron a llegar las personas quienes confrontaron a David Flores, representante en La Laguna del gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, exigiéndole que se realizarán con mayor agilidad los rastreos, ya que para ellos "faltaban manos" para apoyar a la remoción de las toneladas de maíz apiladas.
Al respecto las autoridades informaron que es riesgoso, intentar mover los granos de esa manera, ya que los puentes y estructuras metálicas de los silos, no están del todo afianzadas y podrían colapsar si se práctica una excavación no planeada.
Sin embargo permitieron el acceso de tres familiares a la planta, con la finalidad de que observaran los trabajos que se realizan de manera incansable por parte de las brigadas de búsqueda y rescate que conformaron los elementos de Protección Civil, Bomberos y binomios de la Policía Municipal de Torreón.
Hace unos instantes de nueva cuenta se aglutinaron los manifestantes que piden el rescate de Edgar, asegurando que han transcurrido demasiadas horas y no tienen una solución, por lo que aseguraron de no ver avances buscaran ingresar por sus medios, sin embargo, el padre de Edgar, con apoyo de un megáfono les informó que las labores no han parado, pidiéndoles que mantuvieran la calma.
Al respecto, Yolanda, esposa del trabajador atrapado, comentó "cuando llegué aquí mi corazón estaba hecho garras, destrozado, queriendo encontrarlo con vida, pero al ver a mis hijos como están, me hice duras, porque tengo que pensar en ellos y mis suegros, que rebasan los 65 años de edad y no pierden la fe de encontrarlo con vida".