Con la cruz a cuestas, Jesús subió a paso lento por la rampa del Cerro de las Noas; los asistentes lo observaban con asombro. (ÉRICK SOTOMAYOR)
Durante el Viernes Santo miles de laguneros atestiguaron los azotes y caídas de Jesús Nazaret en la representación número 40 del Viacrucis viviente en el Cerro de las Noas de Torreón que tuvo una duración de casi dos horas.
El fervor y las manifestaciones de fe se hicieron presentes desde la primera estación, cuando el nazareno fue condenado a muerte ante una multitud que gritaba ¡Crucifícale!, ¡Crucifícale!.
En la procesión, que consta de 14 estaciones y que simboliza cada uno de los momentos de la Pasión de Cristo, los fieles católicos revivieron el encuentro de Jesús con María, su santísima Madre y con Verónica, la mujer que para aliviar su sufrimiento intentó limpiar la sangre y el sudor de su rostro.
Desde las primeras horas del viernes 15 de abril comenzaron a llegar familias enteras a las faldas del Cerro de las Noas para meditar y contemplar la primera estación, en la que Jesús es condenado a muerte. En medio de un clima que superaba los 22 grados centígrados y bajo los intensos rayos del sol, el hijo de Dios hizo su aparición en el Pretorio de Pilatos acompañado de sus custodios. A los alrededores estaban los doctores de la ley y las dolientes.
El lagunero José Luis Hernández de 31 años de edad debutó este año dando vida a Jesús de Nazaret. En la estación dos y con la corona de espinas, cargó la cruz que pesaba 30 kilogramos.
En esta ocasión, el Viacrucis fue presidido por el rector del Santuario, Víctor Gómez, en ausencia del obispo de la ciudad, Luis Martín Barraza Beltrán, que presentó problemas de salud.
Con la cruz a cuestas, Jesús subió a paso lento por la rampa del Cerro de las Noas. En la Vía Dolorosa, los niños principalmente lo miraban con asombro, sobre todo cuando cayó por tercera vez y momentos después cuando fue despojado de sus vestiduras, clavado en la cruz y crucificado. El público asistente guardó silencio mientras María manifestó su dolor tras recibir a Jesús muerto en sus brazos.
MILES REVIVEN EL VIACRUCIS
En este 2022 el Cerro de las Noas volvió a recibir a una gran cantidad de personas luego de dos años de que los actos religiosos se interrumpieron a causa de la pandemia por el COVID-19.
El camino de Jesús al calvario se realizó en medio de un operativo de seguridad e higiene y asistieron autoridades municipales y estatales. En esta ocasión no asistió el gobernador de Coahuila Miguel Riquelme como tradicionalmente ocurría.
La procesión terminó en la explanada de Cristo Rey y el padre Víctor Gómez dijo que todas aquellas personas que subieron a pie al Santuario del Cerro de las Noas iniciaron oficialmente la indulgencia plenaria que consiste en el perdón de los pecados, celebrar la eucaristía durante este tiempo y pedir y hacer oración por los más necesitados y hacer obras de caridad.
El rector informó que todo transcurrió en orden y aprovechó para felicitar a los fieles católicos que asistieron por su bien comportamiento. Algunos fieles ingresaron a pie por la rampa y el resto por el Teleférico, esto permitió mayor fluidez.
Este año el catolicismo resaltó la sinodalidad, referida a la corresponsabilidad y a la participación de todo el pueblo de Dios en la vida y la misión de la Iglesia.
"Quiero felicitar a la gente porque se portó de maravilla. Demostramos que somos un pueblo de fe, un pueblo de esperanza, un pueblo lleno de amor, un pueblo creyente y sobre todo que quiere transformar este mundo", concluyó.
