(VERÓNICA RIVERA)
Pliegos morados y blancos de papel picado cuelgan de la parroquia de Santiago Apóstol, en Viesca. Se contonean con el leve viento que refresca la calurosa tarde del Viernes Santo, momentos antes de que la Procesión del Silencio vuelva a efectuarse presencialmente en este pueblo mágico, tras dos años de no realizarse de esta manera por la pandemia de COVID-19.
El año pasado, autoridades municipales y estatales determinaron que la celebración se realizará solo de manera virtual. Así, en 2021 fue transmitida únicamente por redes sociales, pero sin el público que la caracteriza.
Para este 2022, la Secretaría de Cultura de Coahuila anunció el recorrido tradicional con público, partiendo de la iglesia de Santiago Apóstol y regresando a ella misma tras peregrinar por las principales calles del pueblo. Además, se indicó que sería la primera vez que este evento contaría con la participación de las Mujeres Cardencheras de Durango, luego de que los Cardencheros de Sapioriz no pudieran asistir por temas relacionados con su agenda.
La Procesión contó con la participación de más de cien personas y se esperaba que el público asistente alcanzara la cifra de ocho mil, aunque hasta el momento no se han dado cifras oficiales.
Fue poco después de las 18:00 horas, tras el rezo del primer misterio y los cantos alabados de las Mujeres Cardencheras de Durango, que las trompetas y tambores de la banda de guerra anunciaron el inicio de la celebración. Acompañó un grupo de monaguillos que esparcirán incienso y tras ellos, la cofradía de encapuchados que cargarían la imagen de la Virgen Dolorosa durante el recorrido.
La procesión salió de la parroquia (fundada hace más de 200 años) siendo la más antigua de la Diócesis de Torreón. Tomó la calle 5 de mayo, para girar en la calle Venustiano Carranza y luego en avenida Vicente Guerrero. Después, los fieles abordaron la calle Miguel Hidalgo, arteria principal de Viesca. Siguieron derecho hasta la avenida Ignacio Aldama, para retomar Venustiano Carranza, subir nuevamente por 5 de mayo y regresar a la explanada de la iglesia. El recorrido duró casi dos horas y en cada estación se entonaron rezos y alabados por parte de las Mujeres Cardencheras.
Durante la procesión participaron cofradías con distintos colores y significado: negro (luto) morado (penitencia), rojo (sangre de cristo) y blanco (pureza). Al séquito también se unió gente del pueblo, dando pasos en silencio, con la fe iluminando sus veladoras, marcados sólo al ritmo de los tambores.
Como colorido, algunas casas de los habitantes de Viesca mostraron altares en morado y negro, con imágenes de Jesucristo y algunos santos. Sobre las aceras se pudieron ver a familias completas, siguiendo los rezos y tomando tanto fotos como videos con sus teléfonos celulares.
Luego de que la Procesión del Silencio finalizara, la Orquesta Filarmónica del Desierto se presentó con la interpretación del Réquiem del compositor francés Gabriel Fauré, la cual fue escrita entre 1886 y 1888, e interpretada por primera vez en la iglesia de la Madeleine, en París.
Esta tradición tiene sus raíces en el siglo XVI, pero fue efectuada por primera vez en Viesca con el actual formato hace seis años.
