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Finlandia y Suecia, miembros de la Unión Europea, cumplieron importantes etapas el miércoles hacia su posible ingreso a la OTAN. El gobierno finlandés entregó un informe de seguridad a los legisladores, y el partido gobernante sueco inició una revisión de sus opciones para una política de seguridad.
La invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero generó una ola de apoyo al ingreso a la OTAN en los dos países nórdicos militarmente no alineados. Las encuestas revelan que en Finlandia la mayoría está dispuesta a ingresar a la alianza y en Suecia los partidarios de la OTAN superan claramente a los que se oponen a la idea.
Finlandia, con 5.5 millones de habitantes, tiene la frontera más larga de la UE con Rusia, de 1,340 kilómetros. Suecia no tiene frontera con Rusia.
Moscú ha advertido que el ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN no contribuiría a la estabilidad en Europa. Funcionarios dijeron que Rusia respondería con represalias que tendrían “consecuencias militares y políticas” para Helsinki y Estocolmo. Uno de los motivos esgrimidos por el presidente ruso Vladimir Putin para invadir Ucrania es que Kiev se negó a prometer que no ingresaría a la OTAN.
La primera ministra finlandesa Sanna Marin dijo el miércoles en Estocolmo, en conferencia de prensa junto con su contraparte sueca Magdalena Andersson, que Finlandia está dispuesta a tomar una decisión sobre la OTAN “dentro de semanas” tras un largo debate en la legislatura.
Marin destacó que los dos países nórdicos, que tienen estrechas relaciones económicas, políticas y militares, tomarán decisiones independientes sobre su seguridad y el ingreso a la OTAN.
“Pero lo hacemos con un entendimiento claro de que nuestras decisiones afectarán no solo a nosotros sino también a nuestros vecinos”, dijo Marin, y añadió que le gustaría ver que ambos ingresen a la OTAN.
Andersson dijo que Suecia y Finlandia mantendrán “un diálogo muy estrecho, con discusiones muy francas y honestas” en las próximas semanas sobre sus respectivas decisiones.