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El rechazo a la nueva constitución de Chile triunfó holgadamente el domingo con el 61.87 por ciento, según el conteo oficial preliminar, lo que significa que seguirá vigente la carta magna impuesta hace 41 años por la dictadura militar.
El autónomo Servicio Electoral de Chile -que ha contabilizado más del 99 por ciento de los votos- precisó que el "Apruebo" obtenía un 38,13 por ciento.
En un mensaje televisado a la nación, el presidente Gabriel Boric -uno de los principales impulsores de la nueva carta magna -reconoció que el mensaje de las urnas urge al gobierno y a la oposición a que "ahora sí nos pongamos de acuerdo" e invitó a los líderes de ambas cámaras del Congreso a una reunión en el palacio presidencial para analizar los pasos a seguir.
A su vez, anticipó "prontos ajustes en nuestro equipo de gobierno" y sostuvo que "los desafíos de nuestro país no se agotan en la cuestión constitucional. Como gobierno tenemos la obligación de atender las demandas de nuestros compatriotas.... la inseguridad, la violencia en el sur, el déficit de la vivienda".
La derrota del oficialismo superó todos los pronósticos de las encuestas, que indicaban que el rechazo al texto, impulsado por la oposición derechista y un sector del oficialismo, ganaría por cerca de 10 puntos porcentuales.
Francisco Chahuán, líder de la centroderechista Renovación Nacional, señaló que "el compromiso de Chile Vamos es una nueva y buena constitución".