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Carlos Elizondo

Gasolinazo

CARLOS ELIZONDO

El ascenso de AMLO en las encuestas empezó tras el gasolinazo de enero del 2017. Para evitar riesgos macroeconómicos, y con una creciente incertidumbre ante la llegada de Trump al poder, los tecnócratas del gobierno de Peña Nieto optaron por aumentar 20 por ciento el precio de la gasolina.

Se logró la estabilidad macroeconómica y AMLO se ha beneficiado de ella. Durante los primeros dos años de su gobierno incluso echó mano de jugosos fondos que los gobiernos anteriores habían acumulado. Sin embargo, el gasolinazo fue la debacle política para el PRI. Las protestas sociales llegaron al vandalismo. No había narrativa para defender el alza. AMLO sí tenía una: la reforma energética era la responsable.

Ahora, AMLO enfrenta un dilema similar. Los precios de la gasolina venían subiendo desde antes de la invasión rusa a Ucrania. Pero con la guerra, el incremento se aceleró. Lo financieramente responsable sería mantener libre el precio de los combustibles. No hacerlo pone en riesgo la estabilidad macroeconómica.

Pero AMLO va a defender el precio de la gasolina como perro, por recordar la frase célebre de López Portillo respecto al peso. No quiere pagar el costo político de un gasolinazo, menos tras su promesa en campaña de que bajaría su precio. Para evitar el incremento, el gobierno ha decidido no cobrar el IEPS y dar otros apoyos fiscales. Según la directora general del SAT, el costo para el erario de estos subsidios será de por lo menos 330 mil millones de pesos este año.

AMLO ha dicho que estos subsidios se pagarán con los ingresos adicionales por el aumento en el precio internacional del crudo. Suponiendo que los precios y la producción sean como el promedio del primer trimestre, los ingresos petroleros para el 2022 serán de unos 320 mil millones más que el año pasado, de los cuales 235 mil millones son para el gobierno federal y 85 mil millones para Pemex.

Si Pemex produjera los 2.3 millones de barriles diarios prometidos en su Plan de Negocios 2019-2023, los ingresos adicionales para el gobierno federal y para Pemex serían de alrededor de 500 mil millones de pesos. Ahí tendría el margen financiero para acabar el sexenio, pero no le cumplieron a AMLO lo prometido.

Pemex puede enfrentar un problema adicional. Con precios altos del crudo se suele estrechar el margen de utilidad de las refinerías. Pemex Transformación Industrial perdió más de 170 mil millones de pesos el año pasado. Seguramente perderá aún más en 2022.

AMLO prometió el lunes pasado no subir el precio de la electricidad. El año pasado la CFE, entre pérdidas y subsidios, le costó al fisco 165 mil millones de pesos. Esto tenderá a agravarse.

El último gobierno no neoliberal, por usar los criterios de AMLO, fue el de José López Portillo. Se olvida cuán exitoso fue en sus primeros 5 años en casi cualquier métrica: muy alto crecimiento, unidad nacional tras el polarizante Echeverría y un nuevo lugar de México en el mundo. Hubo innumerables excesos y problemas de corrupción, pero el error central fue no entender la naturaleza del cambio económico mundial que se dio primero con el abrupto incremento de tasas de interés en Estados Unidos en agosto de 1979 y después con la caída del precio del crudo a partir de junio de 1981.

El gobierno de AMLO tiene pocos éxitos que presumir. Uno, la estabilidad macroeconómica. ¿Es fiscalmente sostenible la decisión de fijar el precio de la gasolina en un entorno mundial de tanta incertidumbre? Dependerá de cuánto tiempo se mantengan altos los costos de los hidrocarburos, del nivel de producción de Pemex, de hasta cuánto suban las tasas de interés y del costo de las ocurrencias de gasto de AMLO. Eso sí: solo habrá recursos públicos para las prioridades presidenciales.

Si las finanzas públicas aguantan hasta el fin de sexenio, el nuevo gobierno recibirá una enorme papa caliente, obligando a un ajuste fiscal al tomar posesión. Éste es el escenario optimista.

@carloselizondom

ATICO

AMLO no quiere pagar el costo político de un gasolinazo, pero el subsidio pone en riesgo la estabilidad macroeconómica.

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