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El gigante gasístico moldavo Gazprom reducirá el volumen de gas que suministra a Moldavia en un 56.5 % en diciembre, en un momento en que la antigua república soviética sufre problemas energéticos por el impacto de los bombardeos rusos contra la infraestructura de la vecina Ucrania y el elevado precio del gas.
El secretario de Estado de Moldavia para la Energía, Constantin Borosán, señaló en su cuenta de Facebook que por el momento Gazprom ha reservado solo capacidades firmes a través del operador ucraniano del sistema de transmisión de gas GTS para los puntos de interconexión entre Ucrania y Moldavia de 5.7 millones de metros cúbicos diarios para el periodo de octubre a septiembre de 2023.
Por lo tanto, escribió, "a partir del 1 de diciembre, las entregas de gas natural de Gazprom a la República de Moldavia se reducirán en un 56.5 % con respecto al volumen acordado en el contrato de suministro" entre Moldovagaz y la empresa rusa.
Moldavia lleva varios meses sufriendo recortes en el suministro de gas ruso y falta de electricidad, lo que ha causado grandes problemas al país, que ha tenido que pedir ayuda a la Unión Europea (UE) y comprar volúmenes adicionales a terceros países.
En octubre Gazprom redujo el suministro de gas a Moldavia en un 30 % y en noviembre en un 50 % sobre lo acordado.
Según el ministro de Infraestructura, Andrei Spinu, la empresa rusa confirmó la entrega en octubre de solo 5.7 millones de metros cúbicos de gas por día para ambas orillas del río Dniéster, mientras que el volumen anterior era de 8.06 millones de metros cúbicos.
En noviembre, la República de Moldavia también recibió solo 5.7 millones de metros cúbicos por día, que ya era un 50 % menos que el volumen establecido en el contrato.
Gazprom justificó la reducción debido a problemas técnicos asociados con un tránsito restringido a través de Ucrania. Además, Moldavia ha acumulado una gran deuda con la gasística, que el Tribunal de Cuentas moldavo estima en unos 590.8 millones de dólares y que Rusia exige sea saldada.
En esta situación, Moldavia redujo en octubre los volúmenes de entrega de gas a Transnistria de 3.9 millones de metros cúbicos diarios establecidos a 2.3 millones, tras lo cual Tiráspol, capital de la autoproclamada república, introdujo el estado de emergencia en la economía y detuvo empresas de importancia "sistémica", el transporte público e impuso medidas de ahorro energético.
A su vez, eso provocó la suspensión del suministro eléctrico en la margen derecha de Moldavia, que era la fuente de ingresos más importante para el presupuesto de la región de Transnistria.
Este martes el líder de la región, Vadim Krasnoselski, y el presidente del Consejo Supremo, Alexandr Korsunov, enviaron una carta a los máximos responsables de la ONU y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), António Guterres y Helga Schmid, respectivamente, con un llamamiento a prevenir una crisis humanitaria, según el medio moldavo NOI.
En los últimos meses Moldavia ha tenido que importar gas procedente de Eslovaquia y electricidad de Rumanía para tratar de suplir los volúmenes que le faltan.
La Unión Europea (UE) anunció hace dos semanas un nuevo paquete de apoyo financiero de 250 millones de euros para Moldavia, cuyo PIB caerá un 8 % este año.
La víspera tuvo lugar en París la tercera conferencia de la plataforma para el apoyo a Moldavia, acto en el que 34 países y 15 organizaciones mostraron su disposición a ayudar a la antigua república soviética