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El gobierno mexicano ofreció el miércoles disculpas públicas por los errores y omisiones en uno de los más graves ataques contra la población civil cometido por el crimen organizado: El incendio de un casino en el norte de México en el que murieron 52 personas hace once años.
Ante decenas de familiares de víctimas del ataque al Casino Royale, registrado el 25 de agosto de 2011, se realizó un acto de Disculpa Pública por parte de autoridades de los tres niveles de gobierno. En representación del Gobierno de México, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, afirmó que no se trataba de un acto protocolario más, ni solamente de atender una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sino fundamentalmente "de un acto de justicia en memoria de las víctimas y en el derecho de todos sus familiares", y para pugnar que se castigue plenamente a todos los responsables.
"Queremos ofrecer una disculpa honesta sin dobleces y sin ningún tipo de ambigüedades porque tenemos que reconocer que en este acto de terror y de barbarie se cometieron violaciones graves a los derechos humanos, a la legalidad, a la seguridad, a la integridad física y seguridad personal, en agravio de al menos 63 víctimas (52 fallecidos y once lesionados), en agravio de sus familias y de toda la sociedad de nuestro país", dijo Encinas.
El acto es uno más de los muchos que ha realizado la actual administración y que según las víctimas se trata de gestos importantes, pero que según ellos sólo serán útiles si conllevan medidas que garanticen la no repetición de los crímenes.
"Que este acto tan lamentable modifique la forma de gobernar para que esto no vuelva a suceder”, dijo Samara Pérez, madre de uno de los fallecidos en el casino de la norteña ciudad de Monterrey y quien habló en representación de las víctimas.
Encinas reconoció que hubo violaciones a las leyes vigentes y omisiones en la inspección de las medidas de seguridad del casino y por eso pidió una disculpa “honesta y sincera, sin dobleces y sin ambigüedades”.
Recordó, además, que el gobierno se ha comprometido a no otorgar ningún permiso más a casinos hasta que no sea haga la revisión de los actuales —muchos otorgados indebidamente, según apuntó— y hasta que no se garantice su funcionamiento "transparente, legal y seguro”.
Las familias de los fallecidos lamentaron que no se haya sentenciado a la totalidad de implicados, que ningún funcionario fuera sancionado y que sigan sin cumplirse los reglamentos vigentes tanto en medidas de seguridad de los casinos como en la necesidad de que haya un padrón con el que se pueda llegar a los responsables de los mismos, indicó Samara Pérez.
Durante la administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018), el gobierno pidió disculpas en cumplimiento a sentencias internacionales, por ejemplo, en el caso de mujeres torturadas sexualmente en Atenco o unas indígenas encarceladas injustamente.
En la actual presidencia, estas peticiones públicas de perdón aumentaron ya que Andrés Manuel López Obrador las convirtió en una de las piezas clave en su política por pacificar y reconciliar al país. Las víctimas siempre agradecieron los gestos pero también exigieron que la justicia pendiente en la mayoría de los casos se aplicara, principalmente cuando los perpetradores son militares o fuerzas de seguridad.
El 25 de agosto de 2010, miembros del cártel de los Zetas rociaron con combustible el Casino Royale y le prendió fuego con decenas de clientes y empleados en su interior. El ataque fue cometido por miembros del crimen organizado en represalia por no pagar extorsiones, según explicaron en su momento las autoridades.