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La tasa de inflación en Estados Unidos bajó el mes pasado al caer los precios de los combustibles, lo que generó esperanzas de que los aumentos de precios alcanzaron su pico, informó el viernes el Departamento de Comercio.
Según el reporte, al que la Reserva Federal presta estrecha atención, los precios al consumidor aumentaron 6.3% en julio comparado con el año anterior tras haber registrado un aumento anual de 6.8% en junio, el mayor salto desde 1982. Los precios de los energéticos cayeron el mes pasado tras un fuerte aumento en junio.
La llamada inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de alimentos y energía, aumentó 4.6% el mes pasado comparado con el año anterior, después de un aumento de 4.8% en junio. La caída —junto con la reducción del índice de precios al consumidor reportada el mes pasado por el Departamento de Trabajo— indica posiblemente que las presiones inflacionarias empiezan a ceder.
Los precios al consumidor bajaron 0.1% en julio con respecto a junio, mientras la inflación subyacente subió 0.1% en el mismo período, informó el Departamento de Comercio.
La inflación inició un fuerte aumento en la primavera boreal de 2021, cuando la economía rebotó con fuerza sorpresiva de la breve pero inesperada recesión provocada por la pandemia un año antes. El aumento de la demanda de los consumidores abrumó a fábricas, puertos y patios de carga. La inflación es un problema mundial, sobre todo desde la invasión rusa de Ucrania, que elevó los precios globales de alimentos y combustibles.