Combates en cárcel han dejado más de 200 muertos. (ARCHIVO)
El Gobierno de Irak urgió hoy a todos los países del mundo a repatriar a sus nacionales que se unieron a las filas del grupo terrorista Estado Islámico (EI) y que permanecen detenidos en cárceles o campamentos, después del motín en una prisión en Siria que se ha saldado con más de 200 muertos.
En un comunicado reproducido por la agencia de noticias estatal iraquí INA, el asesor de Seguridad Nacional, Qasem al Araji, dijo que tanto el campamento del noreste de Siria de Al Hol, donde hay unos 62,000 internos, de los que alrededor de 45,000 son extranjeros, como la cárcel en la que se produjo el motín son "una amenaza real para la región y el mundo".
Asimismo, señaló que tras "el incidente de fuga" en la cárcel de Geweran, que ha sido controlado hoy tras cuatro días de intensos combates que han dejado más de 200 muertos en la ciudad de Al Hasaka, en el noreste de Siria, los países cuyos nacionales se alistaron al Estado Islámico deben tomar cartas en el asunto.
"La comunidad internacional debe cumplir con su deber, obligar a los países a extraditar a sus ciudadanos del EI y juzgarlos en sus países", dijo Al Araji, quien recordó que Irak exigió la entrega de los extremistas iraquíes que fueron capturados por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza liderada por kurdos.
Agregó que el hecho de que haya más de 10,000 terroristas pertenecientes a 70 países, aparte de los iraquíes y sirios, en el campamento de Al Hol y que sus respectivos países no busquen extraditarlos" representa "una amenaza para Irak y para la región", e instó a la comunidad internacional a "asumir su papel en este peligroso asunto".
Miles de combatientes del EI y sus familiares permanecen en cárceles o en campamentos de refugiados administrados por los kurdosirios en el noreste del país, la mayoría de ellos tras haber sido detenidos en 2019 durante la ofensiva para expulsarlos de los últimos territorios que controlaban en esa región.