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Las autoridades de las Islas Vírgenes Británicas anunciaron el pasado miércoles que el territorio de ultramar no pasará a estar bajo control directo de Londres, una opción planteada tras el arresto del anterior primer ministro y las denuncias de corrupción generalizada.
El gobernador John Rankin informó en un comunicado que el acuerdo para mantener el Gobierno de Unidad Nacional encabezado por Natalio Wheatley y no suspender temporalmente la Asamblea Legislativa se alcanzó tras reuniones con funcionarios del Reino Unido.
Rankin explicó que el Gobierno de Unidad Nacional presentó la semana pasada una propuesta final al Gobierno del Reino Unido que detalla cómo cumplirán las recomendaciones del Informe de la Comisión de Investigación, que identificó importantes fallas de gobierno, incluidas pruebas de corrupción.
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Expresó su esperanza de que sea recordado como el momento en el que comenzó 'una nueva era de gobierno democrático'El mencionado informe propuso 49 recomendaciones para mejorar la gobernanza, la rendición de cuentas, la transparencia y el estado de derecho.
El foco de las discusiones se centró en decidir si este proceso de reformas debía ser dirigido por el Gobierno de Unidad Nacional o por una administración interina liderada por Rankin, siendo esta segunda opción la recomendada por el informe.
El gobernador indicó que finalmente el Reino Unido ha aceptado la propuesta presentada por el Gobierno de Unidad Nacional tras demostrar este "la voluntad y el compromiso de mejorar la gobernabilidad en las Islas Vírgenes Británicas".
Natalio Wheatley asumió el pasado 6 de mayo como nuevo primer ministro de las Islas Vírgenes Británicas, después de que la Cámara de Representantes destituyera a su predecesor Andrew Fahie, detenido en Estados Unidos por narcotráfico y lavado de dinero.
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Wheatley subrayó que el objetivo es que el nuevo gabinete entre en funciones"Me complace que el Gobierno de Unidad Nacional se haya comprometido firmemente a llevar a cabo reformas de gran alcance, que incluyen ir más allá del informe de la comisión de investigación, para corregir las fallas de la gobernabilidad", agregó Rankin.
Las autoridades de este territorio británico de ultramar deberán entregar durante un periodo de dos años informes mensuales sobre los avances y el gobernador hará una evaluación cada tres meses antes de actualizar la situación a Londres.
Tras el anuncio del gobernador, Wheatley, quien también ejerce como ministro de Finanzas, se comprometió a implementar las reformas y a trabajar "en estrecha colaboración" con Rankin.
"Esta es nuestra oportunidad como sociedad de transformar estas Islas Vírgenes en una democracia modelo donde tengamos mejores instituciones", aseguró en un comunicado.
La posibilidad de que Londres tomara el control total de Islas Vírgenes Británicas despertó algunas protestas populares en el territorio y la condena de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS, por sus siglas en inglés).
