(ESPECIAL)
El presentador Joe Rogan anunció, a través de las redes sociales, su compromiso a ser más equilibrado a la hora de tratar puntos de vista polémicos sobre la COVID-19, en reacción a quienes lo acusan de promover teorías de la conspiración sobre el coronavirus y de alentar a no vacunarse.
"Mi compromiso con ustedes es que haré todo lo posible para tratar de equilibrar estos puntos de vista más controvertidos con las perspectivas de otras personas, para que podamos encontrar un punto de vista mejor", dijo Rogan, en un video de nueve minutos difundido a última hora del domingo en su cuenta de Instagram.
El ex comentarista deportivo presenta en Spotify el programa "The Joe Rogan Experience", considerado el podcast más popular de Estados Unidos y que se ofrece en exclusiva en esta plataforma, que fichó a Rogan en 2020 por 100 millones de dólares.
Una carta firmada por 270 médicos y científicos estadounidenses advirtió hace unas semanas a Spotify que estaba permitiendo la difusión de mensajes que dañan la confianza pública en la investigación científica y en las recomendaciones sanitarias.
La polémica saltó a los focos mediáticos cuando el cantante Neil Young y, después, Joni Mitchell, anunciaron que retirarían su música de Spotify en protesta por la emisión del popular podcast de Rogan.
Incluso, el príncipe Harry de Inglaterra y su esposa, Meghan Markle, expresaron su preocupación a la empresa por la desinformación sobre la COVID-19 en la plataforma.
En respuesta a esta oleada de críticas, Spotify anunció ayer que acompañará todo contenido en el que se aborde la covid-19 con un enlace que remite a "información actualizada compartida por científicos, médicos, académicos y autoridades de salud pública de todo el mundo, así como enlaces a fuentes fiables".
Rogan se mostró este lunes de acuerdo con la medida anunciada por Spotify y volvió a insistir en que se esforzará para conseguir personas con opiniones diferentes y para investigar sobre todos los temas, y los controvertidos en particular.
Sin embargo, lejos de reconocer algún tipo de responsabilidad, defendió a los invitados a los programas que desataron la polémica, porque según él, son profesionales destacados en sus campos y "tenían opiniones diferentes a la narrativa general" que él quería escuchar.
En su declaración también negó que su intención fuera promover la desinformación y criticó este término asegurando: "Muchas cosas (sobre la COVID-19) que hace muy poco pensábamos que eran desinformación, ahora se aceptan como un hecho".