(FOTO: EDIE RUIZ)
Como es una tradición en estas fechas, la obra, La Dama de Negro, se presentó ayer en el Teatro Nazas con dos funciones que lograron una muy buena asistencia.
Esta vez, Ernesto D Álessio y Odiseo Bichir fueron los encargados de ofrecer ambos espectáculos ante una audiencia que quería vivir una verdadera velada de horror.
La puesta en escena dirigida por el maestro Rafael Perrín, congregó a personas que no la habían visto y a otras que ya hasta iban por su quinta vez como la señora Genoveva Díaz.
"Me encanta venir a ver La Dama de Negro, se ha vuelto una tradición venir a verla cada que viene. Es fascinante", mencionó a El Siglo de Torreón.
Sarita de Anda, comentó que es amiga de la familia Bichir, y como Odiseo estaría en el elenco no dudó en asistir al Nazas.
"Es una familia muy hermosa que tengo el honor de conocer. Espero saludar a Odiseo al término de la función", mencionó.
Odiseo Bichir y Ernesto D´Alessio se entregaron al público. La gente disfrutó de principio a fin la historia que lleva más de 25 años en cartelera.
Las actuaciones de ambos artistas en conjunto con los gritos, un cementerio, hechizos, neblina y la trágica muerte de una mujer dan vida al montaje.
A las 7:15 de la tarde comenzó la primera función. La gente ya estaba nerviosa y eso que apenas comenzaba.
Odiseo encarnó una vez más a "Arthur Kipss" un vendedor de una agencia de seguros. Su vida dio un giro de 180 grados cuando conoció a la Dama de Negro, desde su encuentro con ella el terror invadió cada minuto de su vida, motivo por el que se vio en la necesidad de buscar ayuda.
Al ser condenado a una maldición, producto de esa "reunión", "Kipps" encontró un respaldo en "John Morris" (Ernesto) un escéptico director de teatro, quien le ayudó a contar lo que le pasó con La Dama por medio de una obra, esto con el fin de alertar de alguna manera a sus familiares y amigos lo que pasa si ven a los ojos al ser de ultratumba.
"Las cosas terribles que me han pasado tienen que saberlas la gente", dijo "Kipps" a "Morris" en un acto desesperado.
El escenario del Nazas se transformó en una región inhóspita de Inglaterra, con todo y telarañas. Ahí, se hallaba la mansión de la famosa mujer, en donde muchas personas habían perdido la vida; de acuerdo con los protagonistas, cada vez que aparecía el espectro de La Dama de Negro, alguien fallecía.
Conforme se llegaba al final de la obra, los diálogos y lo que ocurría en el escenario generaban mucho más dosis de terror, provocando que algunos espectadores se estremecieran en sus asientos para luego soltar la clásica risita de nervios.
Y así, entre extraños sonidos, terminó este trabajo artístico hecho por mexicanos, pero inspirado en ingleses. Los productores son Antonio Calvo y Carlos Bracho; la historia fue escrita por Susan Hill y adaptada por Stephen Mallatratt.