El pasado seis de octubre del año en curso, se celebró en la Comarca Lagunera un aniversario más del Reparto Agrario de 1936, decretado por el entonces presidente de la República, don Lázaro Cárdenas del Río, esto en razón de que existía una injusta repartición de la tierra y un acaparamiento de la misma en manos de unos cuantos, de ahí que la gran mayoría de quienes se dedicaban a la actividad del campo, no tenían oportunidad de tener en propiedad una pequeña superficie de tierra para su mantenimiento y el de su familia.
En el movimiento armado de 1910, gran número de gente de campo lagunero, acudió a participar para que se cumplieran los postulados de la Revolución, entre otros de la disección de los grandes latifundios y la creación de la propiedad ejidal, para tal efecto, es decir, combinar las estructuras políticas y sociales que imperaban en México. Para lo cual se promulgó la Constitución Política de México, incorporándose principalmente el artículos 27, que tutela sobre la propiedad rústica, eliminándose el latifundio, creándose las tierras comunales y ejidales.
Al triunfo de la Revolución, la situación en el agro de la Comarca Lagunera era la misma de siempre, no llegaba el reparto agrario. En el año de 1935, un grupo de trabajadores de la hacienda Manila de Gómez Palacio, Durango, dieron inicio a una huelga, exigiendo mejor trato, salarios justos y sobre todo reparto de tierras, al año siguiente se dio otro movimiento de huelga en La Laguna, participando aproximadamente veinte mil peones del campo, prometiéndoles el presidente Cárdenas, cumplir a sus exigencias en lo referente a la tenencia de la tierra, para lo cual dictó el decreto del seis de octubre de 1936, comprometiéndose a "dotar de tierras agrarias a todos los niveles de población rural".
Como resultado del acuerdo presidencial, se repartieron 234 mil 341 hectáreas de tierra, resultando beneficiados 28 mil 503 campesinos, distribuidos en 227 comunidades agrarias y a los veteranos de la Revolución se les concedió un lote de tierras de 50 hectáreas ubicadas en la exhacienda de Santa Teresa, municipio de San Pedro, Coahuila.
Después de transcurrir aproximadamente dos décadas para que se cumpliera a los hombres del campo lagunero las reivindicaciones sociales por las que luchó, se les hizo justicia, de ahí la gran espera.