La Laguna vive el Día del Libro

"¡Estamos rebajando precios!". Un lote de libros usados es expuesto sobre rejas de madera en la avenida Juárez, casi esquina con calle Galena. Don Jesús Campos ha abierto la librería El Principito desde las 11 de la mañana, dice que no tiene caso abrir más temprano, que sus ventas están bajas; pronto serán las dos de la tarde y no ha vendido ni un ejemplar, pese a que este sábado se celebra el Día Internacional del Libro, una fecha establecida por la UNESCO desde 1995, para celebrarse cada 23 de abril.

Pero don Jesús sabe de adversidades. Tiene más de 40 años en el negocio. Inició en el desaparecido mercado Francisco Villa, luego en un local de la Galeana y desde hace una década habita en este viejo edificio. Cuando llegó la pandemia, tuvo que cerrar durante cuatro meses. Como pudo pagó las deudas (sus gastos de renta y servicios asciende a alrededor de tres mil pesos al mes) y reabrió el local, pero ahora sólo expone los libros afuera, dice que por protección. La voz que emerge tras su cubrebocas rojo comenta que ya tiene dos vacunas, pero le falta la de refuerzo.

Los libros escolares conforman el punto donde sus ventas más han sufrido. Si antes el internet había dado dura batalla, ahora se ha acentuado con el cierre de las escuelas. Desde hace tiempo, don Jesús ha optado por rebajar los precios de sus libros y es común que invite a los transeúntes expresándole esta oferta. Por ejemplo, hace algunos meses le llegó una vieja colección de los clásicos de Jackson en muy buen estado y por fin ha logrado venderlos todos. Lo último que ha llegado al local han sido biografías, libros de derecho, medicina e ingeniería.

"Les digo a mis clientes y a los padres de familia que verdaderamente me ha hecho mucho bien la lectura. Yo no estudié más que la primaria y, fuera de eso, me he cultivado en una materia y otra, lo cual se me hace muy bueno".

Como librero, ansía que el cliente llegue. Un libro vendido es un paso más para completar los gastos del mes: "Es oro puro", dice. Comenta no vender más de 10 libros al día. Este domingo, don Jesús estará ofreciendo sus ejemplares en una feria del libro usado que se establecerá en el Paseo Colón.

Compras en remate

Donde se pudo observar un poco más de tránsito fue en el vestíbulo del Casino de La Laguna. La biblioteca del Museo Arocena organizó un remate de libros con expositores editoriales entre universidades, instituciones y librerías locales. Al evento acudieron lectores asiduos, jóvenes y familias con niños pequeños. Había libros desde 10 hasta 100 pesos.

Alma Cabrera carga en su regazo un buen número de libros. La acompaña su nieto Samuel de cuatro años. Indica que sus intereses están más orientados a la crónica, el arte y la historia, no tanto a la ficción. A su nieto le compró el libro María Celeste de Carmen Posadas y le regalará a su madre la crónica de Tulitas de Torreón: Reminiscencias de una vida en México. Además, compró también catálogos de algunas exposiciones que ha tenido el museo y otro ejemplar más sobre José Revueltas.

"Leer es parte de nuestra cultura. Es lo que nos hace tener un criterio más amplio en todos los ámbitos: en lo social, en la inclusión, en el histórico y en el político, porque todos están entrelazados y nos dan un panorama más amplio de lo que está pasando a nuestro alrededor".Sobre la conmemoración mundial, indicó que se debe aprovechar los espacios para acercarse al libro y conocer otros mundos a través de la lectura.

Mientras tanto, Marta ha llegado desde San Pedro de las Colonias, la tierra de la poeta Adela Ayala. Se enteró del evento gracias a un grupo de lectura que tiene con otras 13 personas en WhatsApp. Ha comprado ejemplares de arte, de poesía y lleva también libros infantiles para sus sobrinas pequeñas. Otra de sus intereses son los cuentos y las novelas.

Ante la pregunta sobre por qué habría qué acercarse a los libros y a la lectura, decide citar a Jorge Luis Borges: "A lo mejor es muy trillado, pero Borges siempre creyó que el paraíso era una biblioteca. Cuando encuentras el libro que te gusta o te encuentras con la lectura, encuentras otra manera de viajar, de vivir, de ser feliz".

Feria gomezpalatina

Por la tardenoche, en Gómez Palacio, un grupo de editores y escritores independientes organizó una pequeña feria del libro en el Paseo Independencia. Allí se colocó un foro bajo carpas blancas, donde también se exhibieron artesanías. Aunque al inicio de las actividades, el volumen de un grupo de música religiosa ubicado en el quiosco de la Plaza de Armas, no permitió escuchar adecuadamente las intervenciones que inauguraron las actividades.

Los primeros en tomar micrófono fueron el escritor J. A. Robles y el editor Germán Cravioto, quienes hablaron sobre las publicaciones del sello Cravioto Editores. Ambos leyeron las obras de otros escritores locales como José Luis Rangel y Edgar R. Camacho.

"Está padre que nos den espacio y la oportunidad de presentar libros y traer algo de material literario. Creo que es un buen inicio, hay que hacer prueba y error, por ejemplo ahorita la música no es muy del agrado. Pero creo que es una buena intención. Esperemos que si hacen otra, aprendan de los errores que tuvieron en esta", comento J. A. Robles.

Para este escritor, el libro significa viajar sin salir de casa. Ha celebrado el Día Internacional del libro leyendo la novela Desde mi cielo, de la escritora estadounidense Alice Sebold. Dice que esta fecha debe celebrarse todos los días al promover la lectura.

Otro partícipe fue Juan Huerta, quien narró cuentos a través de una función de títeres de peluche para los niños presentes. Señaló que la lectura debe promoverse en varios formatos: los títeres son otra forma de leer libros.

"Hay que promover la lectura a través de distintos medios, como ahorita lo mencionaba, en diferentes manifestaciones culturales y artísticas para poder acercar a la gente hacia los libros".Conforme avanzó la noche, se percibió más participación del público asiduo a la Plaza de Armas. Finalmente, la escritora Ena Galindez, presentó sus libros de literatura infantil Lluvia lagunera y Formidable fenómeno fantasmal. Ena no sólo habló de su trabajo ante los niños presentes, sino que los invitó a participar y a hacer preguntas.

"Esta parte es muy importante cuando estás haciendo promoción de lectura. Yo me considero, antes que nada, promotora de lectura. De esa manera, involucrándolos, es como ellos adquieren la experiencia de que alguien que hace un trabajo se dirige a ellos, casi de una manera personal. Eso es muy motivante".

La escritora cerró comentando que el Día Internacional del Libro es una oportunidad para promover la lectura de manera masiva y que, a pesar de que las nuevas generaciones de infantes pasan mucho tiempo tras las pantallas de teléfonos y tabletas digitales, tienen mucha curiosidad por los libros y los adultos deben detonar ese instinto para acercarlos a la literatura.