(FOTO: NETFLIX)
Fue hace un par de semanas cuando Netflix lanzó Pinocchio, la nueva adaptación del querido cineasta mexicano, Guillermo del Toro.
Esta producción, que tardó cerca de 15 años en desarrollarse, asegura romper con todo lo que alguna vez mostró el Pinocchio de Disney, ya que a diferencia de la película de 1940, Del Toro quiso retratar una historia más apegada a la realidad, donde los sentimientos “no gratos” también te hacen ser humano.
Sin ofrecer muchos “spoiler” al respecto, esta cinta muestra el punto de vista de un niño ansioso por conocer y descubrir lo que el mundo está por ofrecerle, lleno de ingenuidad y mucha curiosidad.
También revela el proceso que un adulto, especialmente un padre, vive al perder a un hijo, donde el enojo, ira y la tristeza son los principales sentimientos que inundan el corazón, en este caso de “Gepetto”, mientras que al mismo tiempo, se convierten en la razón por la que “Pinocchio” llegó a la vida.
La aceptación y los errores son cosas que también están presentes en esta película, ya que a lo largo del filme vemos esta lucha que hay en “Gepetto”, quien espera que “Pinocchio” sea igual a su hijo “Carlo”, perfecto ante los ojos de él y del pueblo, sin embargo, al darse cuanta que “Pinocchio” no era “Carlo”, las cosas se vuelven un viaje de descubrimiento incluso para “Gepetto”.
Aspectos técnicos
A pesar de ser el primer largometraje del director realizado en ‘stop motion’, animación foto a foto, uno de los principales objetivos del mexicano era retratar a sus figuras como si se trataran de actores de carne y hueso. Es por eso que a lo largo del filme se ven varios “errores” clásicos en un humano, con el fin de darle más naturalidad a sus acciones.
“La idea es que las figuras parezcan actores”, menciona Del Toro durante su visita con el presentador Jimmy Fallon. “Se tenían que ver con movimientos naturales, no como si se trataran de caricaturas o marionetas, tú podías cometer errores. Cuando utilizas esta técnica (stop motion) tú animas los errores”.
Otras de las razones que hacen “maravillosa esta producción” a ojos de los expertos y espectadores, es la manera en cómo, a pesar de también tratarse de una película para el público infantil, sigue conservando la esencia de Guillermo, quien es experto en realizar escenas con tonos oscuros, llenos de personajes y criaturas extrañas e incluso un poco tétricas.
Durante la producción, vemos varios de estos detalles impresos en diversas escenas, sin embargo, más que aterrar, sirven como formas de expresión de los personajes.
Guillermo del Toro y su amor por México
Es bien sabido el gran amor que Guillermo del Toro siente por México, no por nada el taller donde se desarrolló gran parte de la película está situado en Guadalajara, además de que a lo largo de la película se pueden ver varias referencias a la cultura mexicana.
De hecho, “Sebastian J. Cricket”, el grillo que simboliza la conciencia de "Pinocchio", es una fuerte referencia a Cri-Cri, el grillito cantor, una figura bastante representativa en la niñez del público mexicano.
Además de que esta película también habla de la muerte y lo que esto significa para el público mexicano. En varias ocasiones, Del Toro ha dicho que para crear esta adaptación, utilizó de referencia un poema del escritor chiapaneco Jaime Sabines: “Hay un poema, es muy mexicano, pero es acerca de la relación entre la vida y la muerte. Jaime Sabines dijo: ‘Toda mi vida una voz me ha susurrado suavemente a mi oído ¡vive, vive, vive! Era la muerte’”.
“Y la idea de Pinocchio es: podemos amarnos mutuamente mientras estamos brevemente en este mundo, podemos pertenecer uno al otro, apoyarnos uno al otro. No importa lo que sea o cómo te veas. Y eso es todo. El que aprende escuchando a Pinocchio es Gepetto, él aprende a vivir como verdadero padre, en lugar de que Pinocchio aprenda a ser un niño de verdad”, señaló el cineasta.
Otra de las fuertes referencias que hay en México en este filme son las criaturas que aparecen en la trama, las cuales tienen una fuerte similitud con los alebrijes, artesanías 100% mexicanas.