(ESPECIAL)
En años recientes conforme nuevas investigaciones se han revelado, la versión de que los fundadores del Cártel de Guadalajara asesinaron al agente de la DEA "Kiki" Camarena han perdido piso firme.
En 2013, la revista Proceso publicó que el agente de la DEA "Kiki" Camarena no fue asesinado por Rafael Caro Quintero, como durante años se afirmó, sino por un agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), ya que el gobierno de Estados Unidos se había asociado con el narcotraficante y usaba las ganancias del tráfico de drogas para financiar las actividades de la contrarrevolución (los Contras) en Nicaragua que entonces luchaba contra el gobierno sandinista, encabezado por el actual mandatario Daniel Ortega.
Tal operación sería conocida luego como Irán-Contra.
El caso, que estalló durante el segundo mandato del presidente Ronald Reagan (1981-1989), consistió en la venta ilegal de armas a Irán con el fin de que la República Islámica ayudara a liberar a rehenes estadounidenses en el Líbano y el desvío de esos fondos para ayudar a la llamada "contra" nicaragüense, en guerra con el entonces Gobierno sandinista.
Los implicados en esa trama, entre ellos el entonces asesor de seguridad nacional Robert McFarlane, desviaron decenas de millones de dólares obtenidos con la venta de armas a Irán para ayudar a la "contra" nicaragüense, un grupo rebelde que se enfrentó al Gobierno sandinista apoyado por Fidel Castro y que se financiaba también con el tráfico de drogas.
El Instituto para Estudios de Políticas (IPS, por sus siglas en inglés) documentó que la CIA proveyó de aviones a la Contra y sus pilotos transportaron cocaína de América Central a los Estados Unidos a aeropuertos y bases militares del país.
Tanto la venta de armas a Irán como la ayuda a los contras eran ilegales en aquel entonces, dado que el Congreso de EUA había impuesto un embargo de armamento al Teherán y prohibido la asistencia directa a los rebeldes nicaragüenses, por abusos a derechos humanos.
El escándalo no estalló hasta un año más tarde, en 1986, cuando un avión con armas para la contra nicaragüense fue abatido en el país centroamericano, lo que sacó a la luz esa trama y provocó una investigación del Congreso de EUA.
Los testimonios de Phil Jordan, exdirector del Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC); Héctor Berrellez, exagente de la DEA, y Tosh Plumlee, expiloto CIA, señalan al cubano Félix Ismael Rodríguez como el responsable del homicidio.
Rodríguez dirigió la operación en Bolivia para capturar a Ernesto Che Guevara que culminó en su ejecución en 1967 y días atrás afirmó a Efe que "lo único que puede estar enterrado en Cuba" son las manos del guerrillero.
Héctor Berrellez, quien se encargó de investigar el asesinato de Camarena, señaló que dos agentes de Estados Unidos se infiltraron en la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y participaron en el secuestro de "Kiki".