Las familias tenían la esperanza de regresar pronto a sus casas, para evitar que les robaran. (EL SIGLO DE TORREÓN)
"Lo material se recupera, la vida no", dijo una de las mujeres del ejido Flor de Mayo que permanecen en el albergue que se habilitó en la Secundaria no. 2; Juan Escutia, de Matamoros.
La señora, que estaba acompañada por su esposo, sus hijas y nietos, manifestó que llegaron a la una de la mañana de ayer martes, aunque reconoció que muchos vecinos no aceptaron la evacuación.
Su esperanza es que sean pocos días los que tengan que permanecer en el lugar, pues aunque los han tratado muy bien, su preocupación es que se aprovechen de la situación y se metan a robar las viviendas.
En relación al comportamiento del río, manifestaron que ya saben que cada que lleva mucha agua, deben prepararse para salir de la comunidad.
"Sabemos que siempre va a pasar esto, sobre todo nosotros porque nuestra casa está a 100 metros del río y pues bueno, así estamos en todo el rancho" .
Recordaron que en 1973 la crecida se llevó casas, pero en varias ocasiones, el caudal ha aumentado drásticamente, por lo que repitieron ya están mentalizados para resguardarse con familiares o en los albergues.
También, la señora Magaly Lazarín y Bacilio Bañuelos, habitantes del ejido Petronilas coincidieron en que cuando el río aumenta drásticamente su caudal, deben tener listos sus documentos personales y artículos esenciales, pues en cualquier momento las autoridades les avisan que por su seguridad deben salir.
Asimismo, reconocieron que principalmente los adultos mayores son los que no quieren dejar lo domicilios, pues ya están acostumbrados al comportamiento del río.
Recordaron que en 1978 el río se "llevó" algunas casas y, hace 8 o 10 años quedaron incomunicados, pues cerca hay dos compuertas y no "aguantaron" la fuerte corriente, además uno de los bordos "se abrió" y por lo tanto el agua rodeó la comunidad, incluso todavía se encuentran los bordos que se colaron alrededor del ejido, lo que les ayudó a evitar que el caudal arrasara todo a su paso.
"Me acuerdo que esa vez gente trabajó toda la noche con las máquinas, no durmieron y nosotros igual", dijo Bacilio.
Al albergue
Familias llegan a uno de los albergues habilitados.
*Mencionan que pese a que los tratan muy bien en el lugar, tienen el temor de que puedan robar en sus viviendas.
*Asimismo, comentan que cada vez que el río lleva mucha agua, deben prepararse para salir de la comunidad.
