(ESPECIAL)
La temporada navideña trae consigo una gama de tradiciones y festividades, así como una época donde las familias se reúnen a cenar y preparan comida especial. Entre la gran variedad de platillos que existen para celebrar las fiestas decembrinas, destacan los romeritos, hechos con la planta denominada romerito, romerillo o quelite salado que forma parte fundamental de las cenas de Nochebuena y Año Nuevo.
En algunos lugares del país, los romeritos son considerados como maleza invasiva, sin embargo, su uso en la gastronomía mexicana data de la época prehispánica.
El romerito, cuyo nombre científico es Suaeda Torreyana S. Watson, y sinónimos Suaeda moquinii, Suaeda nigra, tiene su origen en los campos de México y Estados Unidos.
Es también una planta con apariencia de arbusto pequeño, de 60 a 100 cm de altura aproximadamente, con hojas verdes, carnosas, de flores pequeñas y fruto seco. Crece en suelo alcalino salino y lugares pantanosos.
Cabe destacar que los romeritos no se comen crudos, sino que deben de cocerse en agua antes de añadirlos a salsas, pipianes o moles, en donde adquieren mayor sabor y le brindan textura a la preparación.
Los romeritos formaron parte de la dieta de los aztecas. En esa época se preparaban con ahuautles, que son huevecillos comestibles de un mosco acuático que vivía cerca de los lagos. Su sabor es parecido al del camarón, es por eso que la receta que hoy preparamos con tortitas de camarón tiene sus orígenes en el sabor de la época prehispánica y se adaptó tal y como la consumimos actualmente, durante la época colonial.
No se sabe con exactitud la fecha en la que se empezó la tradición de servir este platillo en las fiestas navideñas. Algunas fuentes históricas develan que, debido a que se trata de un platillo sin carne de res, se incorporó en los rituales celebrados durante la vigilia de Cuaresma y de Navidad ya que, anteriormente, el 24 de diciembre era considerado un día de vigilia.
Forman parte de los platillos de Navidad y de Año Nuevo.
