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La Casa Real británica informó ayer sobre el fallecimiento de la reina Isabel II a los 96 años, en el castillo de Balmoral, Escocia, anuncio que se dio horas después de que sus médicos informaran sobre un delicado estado de salud de la entonces regente.
El martes pasado, la entonces monarca recibió en Escocia, bajo recomendación médica de no trasladarse a Londres, Inglaterra, por cuestiones de salud, a Liz Truss, actual primera ministra del Reino Unido, a quien le solicitó la formación de un Gobierno en su nombre.
Fue la última aparición pública de la reina ante las cámaras.
Ayer, sus doctores anunciaron que había sido colocada bajo supervisión médica tras haber sufrido un deterioro de su salud, al tiempo que se mostraban "preocupados" por su estado.
Los diferentes miembros de la Familia Real se trasladaron de urgencia a Balmoral para dar su último adiós a la reina.
Ahora, la Casa Real y el Gobierno británico iniciaron la llamada Operación Unicornio, plan de contingencia previsto si Isabel II moría en Escocia, para llevar el cuerpo a Londres.
Posteriormente, se reactivará la operación "El Puente de Londres ha caído", plan que detalla a través de un periodo de 10 días, los pasos a seguir por el Gobierno y la realeza.
Isabel II gozó del reinado más longevo en la historia de su país, y uno de los más largos del mundo, tras haber celebrado este mismo año las siete décadas como monarca, su Jubileo de Platino.
Cabe señalar que si el funeral por Winston Churchill fue, según analistas, "el réquiem del Reino Unido como gran poder", el de la reina cobra una magnitud mayor.