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Al menos dos niños murieron este martes y otros ocho resultaron heridos al explotar por accidente un artefacto con el que jugaban en un aldea de la provincia de Zabul, en el sur de Afganistán.
El suceso ocurrió en la aldea de Takhom, cuando diez niños jugaban con los restos de un explosivo en su jardín.
"En este incidente, ocho niños resultaron heridos y dos fallecieron", confirmó a Efe el portavoz de la policía de Zabul, Zabiullah Jawhar.
Los menores heridos en el accidente han sido trasladados al hospital más cercano para ser atendidos, agregó el agente.
Afganistán ha sufrido durante años los efectos causados por los restos de explosivos y minas antipersona, que han ido quedando en el país tras décadas de conflicto armado. Las viviendas abandonadas y las áreas remotas representan un mayor peligro para la población civil, al no haber podido ser despejadas por los artificieros.
Los niños son especialmente vulnerables a los explosivos que quedan atrás en zonas de conflicto, al manipularlos o jugar con ellos al no ser conscientes de su peligro.
Uno de esos sucesos tuvo lugar el pasado enero, cuando se detonó por accidente un explosivo cerca de una escuela en el este de Afganistán, causando la muerte de al menos nueve niños e hiriendo a otros cuatro.
La Misión de la ONU en Afganistán (UNAMA), en su último informe a mediados de 2021 antes de la caída del país a manos de los talibanes en agosto, contabilizó en los primeros seis meses del año 41 muertos y 104 heridos por explosivos de guerra sin detonar.
Durante varias décadas, empresas y organizaciones de desminado han trabajado en Afganistán para tratar de retirar los restos explosivos de guerra, entre las que destaca The Halo Trust, que en colaboración con el programa de desminado del país asegura haber despejado de minas alrededor del 80 % del territorio afgano.