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La muerte de una cincuentena de prisioneros de guerra ucranianos en una cárcel de Olenivka, cerca de Donetsk, ha causado indignación en Ucrania. Sus familias piden que se investigue lo que califican como "ejecución pública" y critican la inactividad de Naciones Unidas y de la Cruz Roja.
Dariia Tsykunova tiene 22 años y la última vez que supo de su novio, Illia Samoilenk, un oficial del regimiento "Azov", fue el 20 de mayo, justo antes de que unos 2 mil 500 soldados ucranianos aceptaran deponer sus armas con la esperanza de ser canjeados en un intercambio de prisioneros de guerra.
En los meses siguientes de incertidumbre, Dariia no pudo hablar con Illia ni saber nada de él. Solo podía asumir que, como la mayor parte de los defensores de la planta de Azovstal, estaba en un campo de prisioneros en Olenivka, cerca de Donetsk.
Pese a los reclamos de las autoridades rusas de la necesidad de aplicar la pena de muerte a los defensores de Azovstal, 95 de ellos fueron devueltos a Ucrania en junio. La muerte de al menos 50 soldados ucranianos en Olenivka fue un golpe a las esperanzas de Dariia y las familias de prisioneros ucranianos de que podría haber otro intercambio pronto.
Mientras la asociación de familiares de los defensores de Azovstal pide una investigación exhaustiva de lo que ocurrió, sus miembros no tienen dudas de que Rusia es responsable de lo que denominan "ejecución pública".
"¿Por qué dispararía Ucrania a sus propios soldados?" dice Dariia a Efe. "Muchos analistas militares ya han dicho que, sobre la base de fotos y vídeos del lugar publicados por la propia Rusia y que documentan la destrucción, así como el lugar donde se hallaron los cuerpos y su estado, no es compatible con el uso de los HIMAR", en alusión a los "High Mobility Artillery Rocket System", sistemas estadounidenses recibidos por el Ejército de Ucrania.
Rusia insiste en que fue Ucrania la que atacó los barracones con sus propios soldados dentro con esos sistemas que Kiev ha usado para atacar depósitos de munición y puestos de mando en las partes de Ucrania controladas por las tropas rusas.
Moscú ha acusado regularmente a Ucrania de bombardear sus propias ciudades y al tiempo ha negado que los ataques rusos hayan matado a civiles a pesar de la existencia de pruebas contundentes.
Dariia no encontró el nombre de Illia en la lista de los muertos y heridos en Olenivka publicada por el ministerio ruso de Defensa y espera todavía que esté con vida. Está también preocupada por la salud de los prisioneros de guerra.
"Los que fueron intercambiados antes dicen que las condiciones eran malas. No tenía suficiente comida, ni agua potable o asistencia médica", asegura. Dariia dice que Naciones Unidas y la Cruz Roja tienen que hacer algo.
El mensaje de la asociación a la comunidad internacional, publicado en su canal de Telegram el día del ataque, subraya que fueron la ONU y la Cruz Roja los garantes de la vida y estado de salud de los soldados ucranianos cuando dejaron la planta de Azovstal en mayo.
Las familias piden una investigación del ataque y que la ONU y la Cruz Roja se aseguren de que los heridos reciban tratamiento médico adecuado y que los cuerpos de los muertos sean devueltos para tener un entierro decente.
El viceportavoz de la Secretaría General de la ONU, Farhan Haq, dijo este sábado que la organización estaba lista para enviar un equipo que ayude en la investigación. El ministerio ruso de Defensa anunció en Telegram el domingo que había invitado a representantes de la ONU y la Cruz roja "en el interés de realizar una investigación objetiva del ataque".
Sin embargo, el Comité Internacional de la Cruza Roja (CICR) declaró al día siguiente que no había podido acceder al lugar o a los soldados afectados por el ataque para suministrar asistencia.
"Rusia es un Estado terrorista", dice Dariia a Efe. Coloca la muerte de los prisioneros de guerra ucranianos al mismo nivel que el ataque mortal de objetivos civiles de Vinnytsia, Járkiv y otras ciudades ucranianas por las tropas rusas.
"Están intentando que dejemos de defender nuestro país. La explosión de Olenivka también tiene el aspecto de un intento de asustarnos, de hacernos perder la fe".
También sospecha que Rusia puede haber escenificado el ataque en Olenivka para ocultar rastros de tortura y ejecución de prisioneros de guerra ucranianos. Un día antes del suceso, un vídeo distribuido en redes sociales rusas mostraba a un prisionero ucraniano al que un soldado ruso le arrancó los testículos antes de ser ejecutado en una localidad sin precisar.
Varias figuras públicas ucranianas, como el exministro de Economía y líder de una colecta de fondos con destino al Ejército ucraniano, Tymofiy Milovanov, ven la tortura y muerte de prisioneros, así como la exhibición de esos casos, como parte de un plan para desmoralizar a los ucranianos.
El mejor modo de responder a eso, escribe Milovanov en su página de Facebook, es continuar apoyando al Ejército ucraniano.