Las negociaciones entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar multimillonarios préstamos otorgados en 2018 llevan ya más de un año y aún faltan consensos sobre puntos medulares, mientras se aproximan pesados vencimientos de deuda a partir de marzo que el país suramericano no está en condiciones de afrontar. (ARCHIVO)
Las negociaciones entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar multimillonarios préstamos otorgados en 2018 llevan ya más de un año y aún faltan consensos sobre puntos medulares, mientras se aproximan pesados vencimientos de deuda a partir de marzo que el país suramericano no está en condiciones de afrontar.
A finales de agosto de 2020, tras llegar a un acuerdo con acreedores privados para reestructurar bonos de ley extranjera por casi 63 mil 400 millones de dólares, el Gobierno de Alberto Fernández le solicitó al Fondo abrir conversaciones formales.
Pero las negociaciones no se iniciaron sino hasta octubre de 2020, cuando el organismo envió una misión técnica a Argentina, tras la cual hubo varias rondas de encuentro y contactos al más alto nivel político.
Argentina busca sellar con el Fondo un acuerdo de facilidades extendidas para refinanciar las deudas contraídas a partir del acuerdo de auxilio financiero firmado en 2018 entre el organismo y el entonces Gobierno de Mauricio Macri.
Ese acuerdo estipuló préstamos al país suramericano por hasta 56.300 millones de dólares, de los cuales finalmente se desembolsaron 44 mil 200 millones de dólares, una deuda que actualmente ronda los 41 mil millones de dólares.
Cuando se iniciaron las negociaciones, el Gobierno apostaba a llegar a un entendimiento en muy pocos meses.
La demora, según analistas, obedece principalmente a errores de estrategia y serias diferencias internas en la coalición gobernante sobre los tiempos y los alcances de los ajustes y reformas que conllevaría un nuevo acuerdo, diferencias que han metido "ruido" en la negociación.
"Hubo un error estratégico del Gobierno de no haber arreglado con el Fondo cuando se acordó con los bonistas privados porque en ese momento el FMI estaba más dispuesto a darle una mano a los países con problemas económicos sin tantos requerimientos", dijo a Efe Leonardo Piazza, director de la consultora LP Consulting.
El experto apuntó además que el Gobierno, "por un tema ideológico, fue postergando las negociaciones".