Una buena experiencia se vivió en el Centro Comunitario de Peñoles. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Tal vez la espera fue de poco más de una hora, pero el comportamiento de la gente, servidores e interesados, marcó la diferencia y demostró que el ser amable, y respetuoso y obediente de las reglas, no cuesta nada y sí en cambio motiva a una sociedad a ser mejor.
El Centro Comunitario de Peñoles (CCP), es una de las sedes para aplicar la dosis de refuerzo a los de 50 años y más, contra este terrible mal que afecta al mundo entero y ahora es también, ejemplo de orden y respeto.
Poco antes de las nueve de la mañana del pasado martes, se pudo observar una larga fila de vehículos estacionados en un tramo del bulevar Laguna, al lado del CCP en la colonia Vicente Guerrero. Cientos de personas permanecían formadas rodeando la cuadra del lugar, convertido en sede para aplicar la dosis de refuerzo contra el COVID-19.
El pensamiento lógico de muchas personas, por experiencias vividas, era en el sentido de que tendrían que ser pacientes y tolerantes al comportamiento déspota que asumen algunos servidores, cuando se les concede alguna facultad de autoridad, de que la espera sería larga y que tendrían que enfrentar a “los abusones” que llegan tarde y se meten, pretendiendo ser los primeros.
Puntual, a las ocho empezó a avanzar la fila y a dejarse ver trabajadores, que después se supo, son de la empresa Peñoles que decidieron participar como voluntarios en esta importante jornada de vacunación. Los servidores pasaban constantemente para de manera amable preguntar a quienes estaban formados si tenían alguna duda sobre el proceso, principalmente de los documentos, para proceder a apoyarlos.
“Buenos días, gracias por venir con nosotros, les informamos que deben traer el documento de las dos primeras dosis aplicadas, copia de su credencial de INE y el comprobante del refuerzo de vacunación, si no lo traen, no se preocupen, aquí los apoyamos”, decían haciéndose escuchar con un pequeño aparato de sonido que cargaban.
La fila avanzaba rápido y metros antes de llegar a la puerta de acceso, un servidor apareció para revisar los papeles y poner un sello en la copia de la credencial de elector, al tiempo que informaba que con esta señal, le permitirían la entrada sin dificultad alguna, sin perder nunca el trato agradable.
Al ingresar solo detenían la fila para poner gel antibacterial y tomar la temperatura y de inmediato instalaban a la gente en sillas para dar indicaciones sobre el llenado del comprobante de refuerzo.
Rick Astley, Donna Summer, Bee Gees, Fredie Mercury, pero también Marco Antonio Solís “El Bucky”, daban la bienvenida con música de los 70 y 80 a los recién llegados, haciendo más agradable el momento.
En ese módulo permanecieron por espacio de 10 minutos, para transcurrido ese tiempo, ser llevados a otro donde por fin recibirían la vacuna. Calentadores ubicados estratégicamente mitigaban el frío. Una joven que caminaba por entre la gente, fue cuestionada sobre si era trabajadora de la 4T y aclaró que no: “somos empleados de Peñoles, que aceptamos ser voluntarios en esta jornada”, contestó.
Un médico que dijo ser parte de Peñoles, apareció en el lugar y explicó que la vacuna no provoca ningún malestar, pero en caso de presentarse, deben tomar únicamente Paracetamol de 500, destacó la importancia del uso de cubrebocas y de atender al 100 las reglas sanitarias contra la pandemia. “Al término de la aplicación, no se levanten hasta que se les indique”, sugirió.
En orden, como desde el inicio, apareció un escuadrón de jóvenes que en cuestión de diez minutos vacunaron a unas cien personas, que permanecieron sentadas unos cinco minutos para después, respetando la fila, empezar a salir, no sin antes reconocer la atención brindada por los servidores con un fuerte aplauso.
La despedida de este grupo estuvo a cargo de “Toto”, con su interpretación África, música disco de los 70 y, 80, aunque antes de partir nos dieron una barra energética con cacahuate, avena integral, trozos de chocolate oscuro y almendra, una manzana Golden y una botella con agua de 500 mililitros.
La mañana del martes 11 de enero, quedó escrito en el CCP de la colonia Vicente Guerrero, que La Laguna y su gente pueden hacer las cosas en orden y con respeto, organización y un fuerte vínculo que debe existir entre la Iniciativa Privada y la autoridad gubernamental, pues ahí, ese día, los ausentes fueron el mal trato y la prepotencia, esos factores que en nuestra región deben desaparecer.