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Cuando iniciaba la pandemia y poco conocíamos acerca del nuevo coronavirus, creímos que acciones como utilizar tapetes sanitizantes, tener gel para manos o no tocar superficies podría evitar que nos contagiaran*. Lo cierto es que con el tiempo y el conocimiento acerca de la trasmisión del virus supimos que tener gel a toda hora aparte de poder traernos irritaciones en la piel, sólo nos ayudaba para tener las manos un poco más limpias, pero poco tiene que ver con ser contagiado o no.
Desde hace tiempo al papel moneda se le mira mal por atribuírsele una serie de características para transmitir bacterias, hongos, virus y sustancias que pudieran llevar enfermedades literalmente de mano en mano entre la población, sobre todo en billetes que tienen un alto porcentaje de algodón por la porosidad de los mismos. Es común en cualquier población tener que utilizar dinero en efectivo por diversos motivos, en México porque estamos lejos de que la inclusión financiera abarque a la mayoría de la población, así que las opciones de pagos por terminales bancarias o transferencias electrónicas en el momento no son conocidas, no son utilizadas por la mayoría o son ignoradas. Hay que mencionar que hay algunos sectores económicos que prefieren el efectivo por motivos ilegales de evadir a Hacienda, condicionando el pago con tarjeta a un cobro adicional “por uso de tarjeta”, o al menos así lo establecen y no necesariamente en una tiendita de esquina o en un mercado popular, sino en consultorios dentales y médicos. Si viajas de forma ocasional, es probable que tampoco tengas un “tag” prepago así que la única forma de pagar el peaje de casetas, es en efectivo.
Todos los bancos en México ya aceptan formas de pago con CoDi, un sistema que no ha terminado de despegar y que tecnológicamente es bastante bueno: quien cobra genera un código QR desde el celular y con ello quien paga puede usarlo. El QR se puede imprimir o enviar por mensajería al destinatario o enseñar directamente en el celular para que sea pagado. Es en teoría bastante sencillo, sin embargo, en una empresa es complicado utilizar ya que normalmente quien hace un cobro es empleado y no tiene acceso a la aplicación bancaria donde se hace el depósito, así que no tendría certeza inmediata de que se hizo el pago.
También existen pagos a través de servicios digitales como Paypal y Mercadopago, dos servicios con bastante presencia en nuestro país y que son confiables pero que aún no permean lo suficiente como para utilizarlos en el día a día. Así que parece inevitable seguir utilizando papel moneda, a pesar de las iniciativas de Banxico y las entidades financieras por tratar de reducir el uso de efectivo en nuestro país. Además, usar papel moneda tiene atractivos adicionales para seguir siendo usado: la privacidad -hacer una transferencia, la Ley ya exige que sea reportada la geolocalización de quien hace la operación-, la simplicidad, no se requiere mecanismos complejos de verificación y la certeza de quien recibe un pago al momento, tener el dinero en sus manos.
Lejos estamos de ser un país donde no se requiera cargar papel moneda, pero si queremos avanzar hacia allá, debería inventarse una forma más simple para todos, para hacer pagos sin tener que tocar dinero sucio.
* Riesgo exagerado de trasmisión COVID-19 https://bit.ly/3uMrL3D - Scientific American, El argumento de la salud pública por una sociedad sin dinero en efectivo - https://bit.ly/3LypVdm
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