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En los próximos meses y a principios del próximo año se necesitarán de forma urgente al menos 1,000 millones de dólares para evitar la hambruna en Somalia, donde se espera que otras dos estaciones secas agraven la histórica sequía que sufre, dijo el martes el jefe de asuntos humanitarios de Naciones Unidas.
En una videoconferencia desde la capital somalí, Mogadiscio, Martin Griffiths señaló que un nuevo reporte de un grupo autorizado de expertos independientes afirma que Somalia estará en situación de hambruna entre octubre y diciembre "si no logramos atajarla y evitarla como ocurrió en 2016 y 2017”.
Los más de 1.000 millones se suman un pedido de alrededor de 1,400 millones realizado por la ONU, dijo el subsecretario general para asuntos humanitarios a corresponsales en la ONU. Este llamamiento ha estado “muy bien financiado", añadió, gracias a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que en julio anunció una donación de 476 millones para ayuda humanitaria y al desarrollo.
La Red de Sistemas de Alerta Temprana de la Hambruna, creada por USAID, señaló en un informe el lunes que se espera que la hambruna surja a finales de este año en tres zonas en la región suroriental de Bay, incluyendo Baidoa, si no llega ayuda humanitaria urgente.
En Somalia, hasta 7.1 millones de personas necesitan ayuda urgente para tratar y evitar la desnutrición severa y reducir la cifra de decesos causadas por el hambre, según un análisis reciente de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés), empleada por la red para describir la gravedad de la inseguridad alimentaria.
La región del Cuerno de África ha encadenado cuatro temporadas de lluvia fallidas por primera vez en más de un siglo, poniendo en peligro a unos 20 millones de personas en una de las zonas más empobrecidas y turbulentas del mundo.
Según Griffiths, los meteorólogos prevén que haya una quinta temporada de lluvias fallida entre octubre y diciembre, y es probable que se de una sexta, entre enero y marzo del año que viene.
“Esto no ha ocurrido nunca antes en Somalia (...) No tiene precedentes", dijo. “Quizás (la hambruna) llegue a Somalia en primer lugar, pero Etiopía y Kenia probablemente no estén mucho por detrás”.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha proporcionado recientemente ayuda para hasta 5.3 millones de somalíes, lo que “es mucho, pero esto va a empeorar si llega la hambruna”, indicó, añadiendo que el 98% de la ayuda se entrega en efectivo a través de teléfonos.
Pero muchos miles de personas no reciben nada y las hambrientas familias pasan días, e incluso semanas, recorriendo los caminos secos en busca de ayuda.
Según Griffiths, uno de los grandes desafíos es llevar la asistencia a la gente antes de que abandonen sus hogares para tratar de evitar un desplazamiento masivo.
Muchos somalíes crían ganado, que es clave para su supervivencia, pero apuntó que tres millones de animales murieron o han sido sacrificados por la falta de lluvia.
“La sequía continuada, el fracaso continuo de las temporadas de lluvias, supone que el modo de vida de una generación está amenazado", dijo el diplomático británico.
La comunidad internacional debe ayudar a los somalíes a encontrar un modo de vida y de subsistencia alternativo, lo que requerirá financiación para el desarrollo y para mitigar el impacto del cambio climático, indicó.
Griffiths apuntó también que la guerra en Ucrania ha afectado a la ayuda humanitaria, ya que los pedidos de la ONU para todo el mundo reciben, de media, alrededor del 30% de la financiación que necesitan.