Oficiales de “enlace policial” con chalecos amarillos pasaron por cada uno de los camiones estacionados frente al Parlamento para avisar a los conductores que también podrían perder sus licencias. (ARCHIVO)
La policía de Ottawa, que intenta romper el asedio de casi tres semanas de la capital por parte de camioneros que protestan por las restricciones contra el COVID-19 en Canadá, comenzó a repartir folletos el miércoles advirtiendo a los conductores que se vayan de inmediato o se arriesguen a ser arrestados.
Oficiales de “enlace policial” con chalecos amarillos pasaron por cada uno de los camiones estacionados frente al Parlamento para avisar a los conductores que también podrían perder sus licencias y ver sus vehículos incautados en virtud de la Ley de Emergencias de Canadá.
La policía también comenzó a multar vehículos.
Algunos camioneros rompieron la orden y un manifestante gritó: “¡Nunca me iré a casa!”. Algunos tiraron la advertencia en un retrete puesto en la calle. Al menos un camionero se alejó de los terrenos del Parlamento.
Por el momento se desconocía cuándo o si la policía podría intervenir para desalojar los camiones por la fuerza. Pero los líderes de la protesta se prepararon para la acción el miércoles.
“Si eso significa que necesito ir a prisión, si necesito que me multen para permitir que se restablezca la libertad en este país, millones de personas han dado mucho más por su libertad”, dijo David Paisley, quien viajó a Ottawa con un amigo que es camionero.
Marie Eye, una mujer de 43 años de Quebec que preparaba sopa para los manifestantes, dijo que las advertencias eran “solo una hoja de papel” y dudaba que la policía tuviera la capacidad para retirar las plataformas o a los manifestantes.
Hace pocos días el primer ministro Justin Trudeau invocó la Ley de Emergencia, la cual otorgó a las autoridades el poder de prohibir los bloqueos y retirar los camiones.
Desde fines de enero, manifestantes en camiones y otros vehículos han abarrotado las calles de la capital y obstruido los cruces fronterizos, denunciando los mandatos de vacunas para los camioneros y otras precauciones contra el COVID-19 y condenando al gobierno liberal de Trudeau.
Las protestas han obtenido el apoyo de extremistas de derecha y han recibido vítores y donaciones de los conservadores en Estados Unidos.