(EFE)
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, criticó este lunes en París la política energética de Alemania -dependiente durante años del "gas barato de Rusia"- y la empresarial de Francia, por haber apostado por el mercado ruso.
Invitado a un encuentro de emprendedores organizado por la patronal francesa, Morawiecki apuntó que "la prosperidad y seguridad europea" están en riesgo por "culpa de la dependencia" del gas ruso, cuya distribución no está garantizada este invierno por las represalias del presidente ruso, Vladímir Putin, debido a la guerra en Ucrania.
El jefe del Gobierno polaco, que ha tenido varios embates en los últimos meses con Berlín y París, pronunció un discurso conciliador con el proyecto europeo, aunque no se privó de criticar algunas opciones políticas y empresariales de las dos potencias de la UE.
"Durante mucho tiempo, el gas barato ruso ha sido el valor más importante para muchos países, no para Francia, pero para varios de nuestros vecinos. El precio real del gas es la espada que cuelga sobre Ucrania", aseveró el dirigente del partido ultranacionalista Ley y Justicia (PIS).
Morawiecki, cuyo país tiene una firme oposición a Rusia también por razones históricas, aprovechó entonces para atacar la política energética alemana: "Si se hubiese seguido lo que Alemania quería, el Nordstream 1, e incluso el 2 (gasoductos desde Rusia) estarían ya instalados y encima habría cerrado sus plantas nucleares".
Esa dependencia en el gas ruso que Putin usa "como chantaje" a la UE -prosiguió- es también preocupante en la esfera empresarial.
"Es cada más evidente que el eje de expansión de los negocios de las empresas francesas en los últimos años no han cumplido con las expectativas", lanzó el dirigente polaco, dejando una crítica velada a las grandes inversiones realizadas por multinacionales galas en suelo ruso.
"Dejar una adicción es siempre doloroso -apostilló- pero si queremos libertad, seguridad y prosperidad tenemos que acabar con la dependencia a Rusia".
RECONSTRUCCIÓN UCRANIANA
En este mismo encuentro empresarial celebrado en París, se conectó por videoconferencia el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El mandatario, que tuvo hace unos meses roces con el presidente francés, Emmanuel Macron, por cómo este medió con Rusia, invitó a las empresas francesas a participar en la reconstrucción de su país.
Citó sectores como la construcción, la energía, las infraestructuras y la alimentación. "Ucrania es la garantía de la seguridad alimentaria de Europa", afirmó Zelenski.
Según cálculos del Gobierno ucraniano, la reconstrucción costaría en torno a 750 mil millones de dólares, aunque el mandatario no quiso confirmar esas cifras.
Por último, el presidente ucraniano denunció que la invasión lanzada por Rusia hace algo más de seis meses es "una guerra colonial" para apoderarse de sus recursos, que son "clave para la economía mundial".
También advirtió contra el riesgo de "fatiga de la guerra" que pueda hacer que en los países occidentales se preste menos atención al conflicto, mientas que "Rusia dedica muchos recursos a difundir su narrativa".
REBAJAR TENSIONES ENTRE POLONIA Y FRANCIA
Antes de ir a la patronal francesa, el primer ministro polaco se reunió con Macron en el Palacio del Elíseo. El ambiente entre ambos dirigentes fue cordial, incluso caluroso en algunos momentos, a pesar del cruce de acusaciones mutuas la pasada primavera.
Morawiecki había echado en cara al dirigente francés que no valía de nada hablar con Putin sobre la guerra en Ucrania, mientras Macron le replicó acusándole de intentar inmiscuirse en la elecciones francesas que entonces se celebraban.
Enfadado porque Morawiecki hubiese recibido a su oponente la ultraderechista Marine Le Pen, Macron llegó a calificar al dirigente polaco de "antisemita de extrema derecha que excluye a las personas LGBT". Como consecuencia de eso, el Gobierno polaco convocó al embajador francés en Varsovia.
Hoy, tanto Macron, como Morawiecki convergieron en varios asuntos, como la reforma del mercado eléctrico de la UE o la guerra en Ucrania. Sin embargo, el político conservador aprovechó su alocución para dejar un último reproche.
"Leí en un artículo que hay dos países golpeados por sanciones. Polonia ha acogido a millones de refugiados ucranianos y, a pesar de eso, está afectada por sanciones más dolorosas que las de Rusia", declaró, en alusión a las multas que le ha impuesto la UE, la mayoría por la falta de independencia judicial.