(ESPECIAL)
Hace menos de 20 días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informaba acerca de los primeros casos de la viruela del mono, este lunes se contabilizan 275 casos confirmados y 120 más sospechosos. Esta enfermedad, que en el pasado fue clasificada como "rara", ya no lo es tanto, pues ya está presente en 23 países, uno de ellos es México, pero ¿por qué motivo la viruela símica no puede desencadenar una pandemia como la del COVID-19?
¿Cómo se contagia la viruela del mono?
Para explicar la forma en que se transmite la viruela del mono, es importante esclarecer como se manifiesta. Los primeros síntomas tienen lugar cuando una persona presenta dolor de garganta. Más tarde, aparecerá salpullido en diferentes partes del cuerpo, como la boca, las palmas de las manos y las plantas de los pies, en el orden en que fueron mencionadas. Puede extenderse, además, en todo el cuerpo si la infección es muy grave.
Al cabo de unos días con la enfermedad, el salpullido crece y se convierte en ampollas llenas de pus, que contiene virus vivo. Si las pústulas están abiertas pueden infectar sábanas y superficies y expone a las personas cercanas a la o el enfermo. Este último también estaría en riesgo de perder la vista si frota sus ojos con una de las heridas con pus. Cabe mencionar que, antes que se creara la vacuna contra la viruela, era una de las dolencias principales que desencadenaba la ceguera.
Las pústulas pierden su capacidad contagiosa en el momento en que cicatrizan y forman una costra.
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Mauricio Rodríguez, experto de la UNAM, ha señalado la imposibilidad que la viruela símica se convierta en una epidemia, mucho menos en una pandemia, y que lo que se vive hoy es un brote, como el que tuvo lugar en 2018. La mortalidad de la viruela de mono es muy baja, ya que de 100 personas infectadas, menos de una presentará complicaciones. Sin embargo, deben tomarse precauciones serias, pues así como la mayoría de casos se han descrito como leves y no se han notificado muertes, en otros brotes de la enfermedad hubo casos categorizados como severos o fatales.
En este sentido, las y los expertos priorizan la atención de personas con sistemas inmunes vulnerables que están en contacto activo con otra y otros, pues son ellas las que podrían atravesar los cuadros más severos de la viruela símica.
Viruela del mono, ¿enfermedad de jóvenes?
Expertos, consultados por "The New York Times" han esclarecido que si bien, dentro de los grupos vulnerables que corren riesgo de una infección grave por la viruela símica, se encuentran los adultos mayores, la mayoría de ellas y ellos fueron vacunados contra viruela, vacuna que confiere de una protección muy alta frente a la viruela del mono. Pero gran parte de la población carece de esta ventaja, pues desde la década de 1980 se frenó la inmunización masiva de la viruela.
Pero, la comunidad científica ha sido muy cuidadosa al aclarar que no hay pruebas suficientes que demuestren que la vacuna de la viruela, y los anticuerpos que genera, combate los efectos de la viruela del mono. Por ello, no pueden adelantarse y asegurar que, en caso que el brote aumente y se propague por todo el mundo, optarían por inmunizar a la población con vacunas de otra enfermedad.
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Diferencia con el COVID-19
A diferencia del COVID-19, la viruela del mono puede combatirse exitosamente, luego de ser detectada. La comunidad científica explica que, luego de los 12 días en los que la enfermedad tarda en manifestarse, el personal sanitario tendrá un aproximado de cinco días para vacunar a la persona infectada y prevenir efectos severos. Este tratamiento es denominado como profilaxis.
Pero este tipo de tratamiento no es funcional para una persona tras contraer el COVID-19, ya que su gravedad devasta al cuerpo con tan sólo un par de días de exposición al SARS-CoV-2.
No es una enfermedad de transmisión sexual ni de personas homosexuales
Cuando el brote comenzó, la opinión pública especuló que se trata de una enfermedad exclusiva de hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres y que el contagio había tenido lugar durante un evento del orgullo gay, afirmaciones que fueron desmentidas por un grupo de expertas y expertos que conocen la forma en que se comporta esta enfermedad. Aseguran que el brote pudo originarse en un evento masivo en el que pululara la heterosexualidad.
La UNAM también ha esclarecido que no es una enfermedad de transmisión sexual y que sólo basta con entrar en contacto con una persona infectada para la contraerla, a través de secreciones como el sudor, la saliva, cerumen, lagañas, flemas, sangre, sudor, orina, moco y otras más.