(CORTESÍA)
Las Delicias es un barrio de raíz obrera, afincado en pleno corazón de Zaragoza, en España. Se encuentra a escasos metros del río Ebro, el inspirador afluente de la ciudad. En su interior se localiza el Parque Delicias, célebre por ser sede de Las noches de juglares que, en sus más de 20 ediciones, se ha consolidado como un espacio para la dignificación de la poesía en la comunidad autónoma de Aragón.
Zaragoza tiene otro aspecto propio de su vocación poética: está plagada de raperos con sobresaliente nivel lírico. En este rubro, Las Delicias no es la excepción y tiene en Sergio Rodríguez Fernández (también conocido como Hate o Sho-Hai) a su juglar más representativo.
Junto a Kase.O, Lírico y R de Rumba, Sho-Hai es miembro de Violadores del Verso, uno de los grupos de rap más importantes de la península ibérica. Participó en los tres álbumes de estudio de la banda y, además, ha sido solista en otros dos: Doble vida (2011) y La última función (2017). Esta semana acaba de publicar su tercer álbum en solitario: Polvo (2022).
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“Mi espíritu vuela, me convierto en polvo, vuelvo a la Tierra”, recita Sho-Hai en la obra que da título al álbum y que irónicamente lo cierra. El material se compone de 13 cortes y cuenta con las colaboraciones de artistas como Kaze y Fyahbwoy, además de los otros tres integrantes de Violadores del Verso. La alineación de productores incluye a R de Rumba, Xhelazz, Hazhe, Acción Sánchez, además de los arreglos del músico de jazz Carlos Porcel.
Polvo es un continuo expresar de Sho-Hai y su rap irreverente, cargado de humor negro, sentido irónico ante la finitud y referencias sobre su afición a la bebida. El maño (gentilicio aplicado a los aragoneses), coloca su voz entre distintos ritmos sin perder su esencia ‘hardcore’, tanto que el blog español iamrap.es ha considerado este álbum como el mejor en la carrera solitaria del zaragozano.
Si bien Doble vida y La última función fueron álbumes gobernados por una especie de oscuridad, Polvo posee cierto halo de luz. En Me pone bien, colabora con Kase.O para divertirse sobre un ritmo de Acción Sánchez. El propio Sho-hai la ha descrito como una canción de fiesta, para pasarla bien en una barbacoa veraniaega, acompañado por amigos.
Por otro lado, el autor también apuesta por su intimidad y muestra un fragmento de su interior en Don Perdón, donde ofrece disculpas a quien corresponda por algunas actitudes tomadas en el pasado. “Creíame Dios y sólo soy un blasfemo”. De igual manera, tiene la virtud de agradecer a quienes le acompañan pese a lo descrito.
Sin duda, uno de los tracks más esperados y comentados del álbum es Únicos, donde la alineación completa de Violadores del Verso vuelve a tomar papel: Sho-Hai, Lírico y Kase.O montados sobre un ritmo de R de Rumba, en un acomodo similar a Filosofía y letras, la mítica pieza que abre el álbum Vivir para contarlo (2006). Las líricas de los zaragozanos ofrecen guiños a obras pasadas, como puede ser una frase de Atrás: “La sociedad crea la enfermedad. Escapo, soy poeta por necesidad”, interpretada originalmente por Lírico y citada en esta ocasión por Kase.O.
Toro sentado, el tercer sencillo lanzado antes de la publicación de Polvo, es una muestra de la actitud rockera que Sho-Hai siempre ha ostentado. El resto mantiene un discurso escrito desde la madurez (porque hasta ser irreverente hay que ser maduro). Como en su célebre canción titulada El rey de las cantinas, Sho-Hai demuestra en este álbum que sigue siendo un monarca embriagado de versos.
