Reductores de velocidad en Torreón: entre la norma y el criterio ciudadano
La ruta para la colocación de un reductor de velocidad en Torreón pasa por la oficina de la Ingeniería de Tránsito y Vialidad, que cuenta con la facultad de colocar uno de esos elementos derivado de una necesidad detectada en la ciudad, o bien; de aprobar la solicitud de colocación de parte de un particular.
En el segundo caso, no se trata solamente de una petición como tal y la anuencia o rechazo de parte de la autoridad, sino de un trámite que se encuentra detallado en el Reglamento de Desarrollo Urbano y Construcción de Torreón.
Es en el Artículo 163 en donde se detalla que, para que se pueda instalar un reductor de velocidad a iniciativa de un particular, se deben de cumplir con diversos requisitos que serán evaluados por la autoridad municipal, entre los cuales incluso se encuentra una anuencia vecinal comprobable.
El Siglo de Torreón realizó durante este jueves un recorrido por la avenida Madrid de la colonia San Isidro, se trata de una de las rúas de la zona Norte que más reductores de velocidad tiene y pese a que el límite de velocidad de la misma es de solamente 40 kilómetros por hora.
Trabajadores de los alrededores argumentaron que los mismos se fueron construyendo desde décadas atrás debido a que conductores, en su mayoría jóvenes, utilizaban la Madrid como una zona de alta velocidad e incluso ocurrían accidentes aparatosos; lo anterior motivó a los vecinos a solicitar ante las autoridades de aquel entonces la colocación de dichos reductores.
La vigilancia de los vecinos con el tema de la velocidad en esa zona inclusive volvió a ser tema de discusión con la autoridad municipal semanas atrás, cuando arrancaron las obras del Sistema Vial 4 Caminos (SV4C) y se habilitó extraoficialmente a la Madrid como una ruta alterna.
Según versiones de los propios vecinos y ventiladas por la autoridad, algunos vehículos seguían circulando a velocidades superiores a los 40 kilómetros por hora, a pesar de la existencia de los reductores; ante ello, las autoridades colocaron más señalamientos sobre el límite de velocidad, además desplegaron de forma casi permanente vigilancia en cada uno de sus cruceros.
Si bien es cierto en esa rúa de la ciudad, los reductores y las señales se han instalado mediante previo trámite, no en todos los casos ocurre de la misma forma.
Existen puntos de la ciudad en los que los propios ciudadanos o dueños de establecimientos, sin autorización oficial, construyen reductores que no tienen el aval de la Dirección de Ingeniería de Tránsito y Vialidad, esto en materia de material, altura y ubicación, así como de señalización correspondiente.
Respecto a la ubicación total de los reductores irregulares o fuera de normativa, las autoridades señalan que no se cuenta con un padrón oficial, aunque en los casos de quejas ciudadanas o reportes específicos se atienden de parte de las autoridades de la propia oficina de Ingeniería Vial.