(ARCHIVO)
Los estudiantes se enfrentaron durante una ceremonia en memoria de las víctimas de un ataque mortal en un importante lugar sagrado chií en el sur de Irán, informó el domingo el medio de comunicación semioficial del país.
La agencia de noticias Tasnim informó de que algunos grupos atacaron una reunión en una sede de la Universidad Azad de Teherán. Varios estudiantes resultaron heridos, dijo, citando a testigos que dijeron que algunos estudiantes tenían cuchillos en sus manos. Tasnim también dijo que una persona no identificada disparó gas lacrimógeno durante el enfrentamiento y luego desapareció entre la multitud. El informe no detalló el número de personas que resultaron heridas en el enfrentamiento.
El domingo, los estudiantes de línea dura de varias universidades del país se reunieron para conmemorar el ataque mortal de un pistolero que mató a 13 personas, entre ellas mujeres y niños, en la mezquita de Shah Cheragh el miércoles. Treinta personas resultaron heridas.
El grupo militante Estado Islámico reivindicó la autoría del tiroteo.
Los disturbios -provocados por la muerte de Mahsa Amini el 16 de septiembre bajo la custodia de la policía de la moralidad del país- han sacudido a la República Islámica durante un mes y medio. Amini murió tras ser detenida por violar supuestamente el estricto código de vestimenta islámico del país para las mujeres.
El gobierno iraní ha alegado repetidamente que potencias extranjeras han orquestado las protestas, sin aportar pruebas. Las protestas se han convertido en una de las amenazas más graves para los clérigos gobernantes de Irán desde la Revolución Islámica de 1979.
Las protestas se centraron primero en el hiyab, o pañuelo para la cabeza que es obligatorio para las mujeres en Irán, pero rápidamente se convirtieron en llamamientos a la caída de la propia teocracia iraní. Al menos 270 personas han muerto y 14 mil han sido detenidas en las protestas que se han extendido por 125 ciudades iraníes, según el grupo Activistas de Derechos Humanos en Irán.
Desde el 24 de octubre, las autoridades del país empezaron a juzgar los casos de al menos 900 manifestantes acusados de “corrupción en la tierra”, término que suele utilizarse para describir los intentos de derrocar al gobierno iraní y que conlleva la pena de muerte. Los funcionarios judiciales han anunciado la presentación de cargos contra cientos de personas en Teherán y otras provincias, en su intento de sofocar la disidencia.