El anuncio sobre el regreso a las bases de parte de los militares desplegados cerca de la frontera ucraniana coincidió con la visita a Moscú del canciller alemán Olaf Scholz y su reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin. (ARCHIVO)
Rusia anunció la retirada de algunas unidades militares de la frontera con Ucrania, pero mantuvo sus exigencias a Estados Unidos y la OTAN, que implican, en primer lugar, un veto inequívoco a la entrada de Kiev en el bloque euroatlántico.
El anuncio sobre el regreso a las bases de parte de los militares desplegados cerca de la frontera ucraniana coincidió con la visita a Moscú del canciller alemán Olaf Scholz y su reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin.
El líder ruso confirmó la retirada parcial de tropas ante Scholz, pero subrayó que los futuros pasos de Rusia dependerán de la situación "sobre el terreno".
Putin aseguró que Rusia no quiere una guerra en Europa.
El jefe del Kremlin dijo que su generación ha sido testigo de un conflicto armado en Europa, en alusión a la guerra de Yugoslavia.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos denunció que Rusia mantiene una postura "amenazante" contra Ucrania y que todavía es "claramente posible" que invada el país.
En un discurso desde la Casa Blanca, el presidente Joe Biden dijo que su Gobierno "todavía no ha verificado" el presunto repliegue de unidades rusas de la frontera con Ucrania.
Asimismo, Biden aseguró que coincide con el Gobierno ruso en que hay que dar a la diplomacia "todas las oportunidades de triunfar", y que hay "formas reales de hacer frente a las preocupaciones de seguridad" tanto de Rusia como de Ucrania y de Occidente.