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La sequía y las temperaturas inusualmente alta han elevado la salinidad en el mayor delta de Italia, donde el poderoso río Po desemboca en el mar Adriático, al sur de Venecia. El fenómeno mata a los arrozales y las almejas, que son un ingrediente clave del tradicional plato italiano spaghetti alle vongole.
Al menos un tercio de las existencias del valioso molusco bivalvo criado en el delta del Po han muerto. Las plantas en las orillas del Po se marchitan al beber el agua de los acuíferos cada vez más salinos; y secarse las vías fluviales secundarias, se reducen los humedales que son el hogar de anfibios y aves.
"Es evidente que todo un sistema con su ecología tendrá problemas", dijo Giancarlo Mantovani, director de la Autoridad de la Cuenca del Río Po. El ecosistema incluye el Parque del Delta del Po, que junto con tierras vecinas en el Veneto conforma una reserva de biodiversidad reconocida por la UNESCO.
La cantidad de agua que fluye al delta desde el Po es más baja que nunca, de apenas 95 metros cúbicos por segundo el mes pasado, debido a la falta del manto de nieve invernal y las lluvias de primavera y verano. Es la décima parte de los promedios anuales. Han pasado casi dos meses desde que los agricultores han podido usar el agua del río para sus cultivos.