El proyecto legislativo para poner fin a las relaciones comerciales normales con Rusia allana el camino para que Biden promulgue aranceles más altos a varias importaciones. (ARCHIVO)
El Senado de Estados Unidos votó el jueves por unanimidad a favor de suspender las relaciones comerciales normales con Rusia y prohibir la importación de su petróleo, intensificando así la respuesta de Washington a la invasión rusa de Ucrania en medio de informes sobre atrocidades.
Los legisladores apoyaron abrumadoramente la esencia de los dos proyectos de ley, luego de que languidecieron durante semanas en el Senado mientras los legisladores trabajaban para definir los detalles finales. Se espera que ambos proyectos de ley obtengan el apoyo de la Cámara de Representantes más tarde el jueves antes de ir al presidente Joe Biden para su firma.
Cada iniciativa de ley fue aprobada por el Senado por unanimidad, con 100 votos a favor y ninguno en contra.
El gobierno de Biden ya había tomado medidas ejecutivas para prohibir en Estados Unidos el petróleo, el gas natural licuado y el carbón procedentes de Rusia. Las dos iniciativas convierten esos esfuerzos en la ley.
El proyecto legislativo para poner fin a las relaciones comerciales normales con Rusia allana el camino para que Biden promulgue aranceles más altos a varias importaciones, como ciertos productos de acero y aluminio, lo que debilitará aún más la economía rusa bajo la presidencia de Vladimir Putin. También hará que Bielorrusia, una nación aliada del Kremlin, reciba un trato arancelario menos favorable.
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China ocupó el tercer lugar con una participación del 14%“Terminar las relaciones comerciales normales demuestra que Putin ha convertido a Rusia en un país paria de pleno derecho”, expresó el senador demócrata Ron Wyden, presidente de la Comisión de Finanzas del Senado.
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, anunció el miércoles por la noche un gran avance en las negociaciones para someter a votación los proyectos de ley antes de que los legisladores viajen de regreso a sus estados y distritos electorales de origen durante dos semanas. Algunos legisladores admitieron que el hecho de no haber tomado antes medidas finales sobre los proyectos de ley estaba enviando un mensaje equivocado a los gobiernos aliados y a Rusia.