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La situación de sequía en el país, y en específico en el norte mexicano ha puesto en jaque a la ganadería de Nuevo León; desde la AMEG, su presidente Héctor Garza Garza instó para que las autoridades estatales y federales apoyen de forma inmediata.
Desde la Unión Ganadera Regional de Nuevo León adelantaron que de continuar las condiciones de sequía en la entidad, el hato reproductivo bovino podría disminuir hasta 50 %, esto sobre las 620,000 vacas de las que se tiene registro.
Adrián de la Garza Tijerina, líder del organismo, expuso que las afectaciones se concentran principalmente en la zona rural, donde la falta de precipitaciones derivó en que no crecieran los pastizales, ni se cargaran las presas y los pozos de agua, por lo que hay un menor abasto de alimento para los animales.
Aseveró que la contracción estimada en la población de ganado, obedecería a la decisión de los agremiados, quienes prefieren comercializar a sus animales a precios reducidos, antes de que estos mueran y así mitigar el impacto en su rentabilidad.