Cuando fue ministro de Exteriores entre 2015 y 2019, Wickremesinghe fue acusado de proteger a la poderosa familia Rajapaksa frente a acusaciones de corrupción y otras acciones ilegales. (ARCHIVO)
Ranil Wickremesinghe, quien ha sido cinco veces primer ministro de Sri Lanka, prestó juramento al cargo nuevamente el jueves, en momentos en que la nación asiática se encuentra sumida en una profunda crisis política y económica.
Wickremesinghe rindió protesta en una ceremonia en la residencia presidencial, frente el mandatario Gotabaya Rajapaksa. Grupos de manifestantes han estado bloqueando la entrada de su despacho desde hace más de un mes.
Mahinda Rajapaksa, hermano del presidente, renunció el lunes como primer ministro tras ataques violentos de partidarios suyos contra manifestantes antigubernamentales. Su renuncia disolvió automáticamente al gabinete, lo que dejó un vacío administrativo.
La decisión del presidente de designar a Wickremesinghe es considerada un intento de poner fin a la violencia desatada por la crisis y recuperar la credibilidad internacional, en momentos en que el gobierno negocia un paquete de ayuda económica del Fondo Monetario Internacional.
El miércoles, las autoridades despacharon vehículos blindados y soldados a las calles de la capital, luego de que los ataques contra los manifestantes desataron una ola de violencia en todo el país. Nueve personas murieron y más de 200 resultaron heridas.
Las fuerzas de seguridad tienen órdenes de dispararle a quien incurra en violencia, mientras surgen incendios y actos de vandalismo a pesar de un toque de queda nacional en vigor desde la noche del lunes.
Los manifestantes llevan semanas exigiendo la renuncia de los hermanos Rajapaksa debido a una crisis de deuda que ha dejado al país en la bancarrota y ha causado escasez de combustibles, alimentos y otros productos básicos.
Algunos opositores y líderes religiosos objetaron la nominación de Wickremesinghe, afirmando que la ciudadanía desea reformas más profundas.
El legislador opositor Anura Dissananayake denunció que la nominación no es más que un intento del presidente de protegerse a él y a su familia de la ira del pueblo por su participación en la crisis económica, más que un intento de resolver los problemas del país.
Cuando fue ministro de Exteriores entre 2015 y 2019, Wickremesinghe fue acusado de proteger a la poderosa familia Rajapaksa frente a acusaciones de corrupción y otras acciones ilegales. Líderes católicos y budistas también objetaron la elección de Wickremesinghe.
“Esta decisión se ha tomado sin el más mínimo respeto a las aspiraciones de la gente que está protestando hoy. Ahora las protestas van a empeorar”, aseveró el reverendo Omalpe Sobitha, un monje budista.