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El Gobierno talibán sigue sin confirmar la supuesta muerte del líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, en un ataque con un dron de Estados Unidos en Kabul e informó este jueves que investigará el anuncio del presidente estadounidense, Joe Biden.
Las autoridades afganas "han dado instrucciones a las agencias de investigación e inteligencia para que realicen una investigación exhaustiva y seria sobre los diversos aspectos del incidente", dijo en un comunicado el Gobierno talibán en respuesta a Washington.
Biden anunció el lunes que el líder de Al Qaeda falleció el pasado fin de semana durante una operación antiterrorista estadounidense llevada a cabo por un dron en Kabul, que bombardeó la residencia de Al Zawahiri cuando este se asomó al balcón.
Sin embargo, los talibanes no han confirmado por el momento su muerte y destacaron en el comunicado que no disponen de "ninguna información sobre la llegada y la estancia de Al Zawahiri en Kabul".
Según la Casa Blanca, el terrorista se había trasladado con su familia a la vivienda a principios de este año procedente de Pakistán, donde en 2011 murió en otra operación estadounidense el líder histórico de Al Qaeda y su predecesor, Osama bin Laden.
La presencia del líder de la red terrorista en suelo afgano supondría una violación del acuerdo de Doha que firmaron en febrero de 2020 los talibanes con Estados Unidos y que propició la salida del país de las tropas estadounidenses tras dos décadas de conflicto.
La salida de Estados Unidos hace casi un año se produjo a cambio de que, entre otros puntos, Afganistán no se convirtiera en un santuario de terroristas como sucedió en el anterior régimen talibán entre 1996 y 2001, que estuvo marcado por el apoyo a Osama bin Laden y los ataques del 11-S.
"No hay amenaza para ningún país, incluido Estados Unidos, desde el suelo de Afganistán, el Emirato Islámico (como se autodenomina el Gobierno de los talibanes) quiere implementar el acuerdo de Doha y la violación del pacto debe terminar", insistieron los fundamentalistas en su mensaje, en el que volvieron a condenar el ataque de EUA en su territorio.
Para los talibanes, la operación estadounidense supuso la invasión de su territorio y la violación de todos los principios internacionales, y advirtieron en su declaración de que, en caso de repetirse una acción similar, "la responsabilidad de las consecuencias recaerá sobre Estados Unidos".
Desde su llegada al poder hace casi un año, el Gobierno talibán busca el reconocimiento de la comunidad internacional, mientras el país atraviesa una severa crisis económica y humanitaria por el fin de las ayudas extranjeras.