Ópera fue estrenada el 30 de septiembre de 1791. (CORTESÍA)
En 1791, el empresario Emanuel Schikaneder encargó al compositor Wolfgang Amadeus Mozart que empezara a trabajar en el fantástico cuento de hadas de La Flauta Mágica. El resultado fue una ópera que será transmitida en vivo por el Teatro Isauro Martínez (TIM) desde el Met de Nueva York, el próximo 8 de enero a las 11:55 horas.
Previamente, a las 11:00 horas, el maestro Miguel Ángel García, director de la Orquesta DIME, realizará una charla introductoria a esta clásica obra.
“En sus orígenes quieren incluir a Lorenzo da Ponte como libretista, pero lo habían expulsado de Viena por andar engañando mujeres, que por cierto también era amigo de Casanova. Entonces, se quedan sin libretista y Schikaneder es el que escribe el libreto de La Flauta Mágica, basada en Lulu, una historia que databa de unos 20 o 30 años en el pasado, y la adaptan”, menciona el maestro García.
La Flauta Mágica fue estrenada el 30 de septiembre de 1791, en el Theater an der Wien de Viena, un recinto construido por el propio Schikaneder. La presentación fue todo un éxito y aconteció pocos meses antes de la muerte de Mozart, quien falleciera el 4 de diciembre de ese mismo año.
Más allá de ser una historia cándida e inocente, La Flauta Mágica representa la lucha por el bien y el mal, en una metáfora de lo que Mozart vivió con la emperatriz María Teresa I de Austria (1717-1780), quien no era sensible a la música y solía complicarle a Mozart su trabajo.
“En la historia de esta ópera se habla del rapto, cuando se rapta a Pamina. Esta mujer bella, inocente, va a ser raptada por Sarastro, después la trata de llevar la Reina de la Noche (que es el mal) y al final es rescatada por Tamino. Pamina es el pueblo de Austria que está siendo hostigado por la emperatriz María Teresa”.
La ópera contiene toda una serie de elementos plasmados como críticas y, como en ese momento los artistas en mención no contaban con el apoyo de la corte austriaca, llevaron el estreno de la obra a un teatro modesto.
Una de las partes más famosas de esta ópera es sin duda el aria de la Reina de la Noche, donde Mozart recupera la parte acrobática de la tradición barroca en la voz soprano. Para esta sección se requiere una voz contundente y a la vez ágil, que alcance el tono de Fa sobreagudo. Si en el rango habitual de la voz femenina oscila entre 150 y 1000 hertz, el Fa sobreagudo exige que la cantante deba producir una nota con vibración superior a los 1050 hertz.
Para la puesta en escena del Met de Nueva York, se tiene contemplada la participación del tenor Rolando Villazón en el papel de Papageno, personaje que tradicionalmente tiene voz de bajo, pero que el mexicano interpretará como barítono.
