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El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, se comprometieron hoy a seguir manteniendo conversaciones para resolver "asuntos pendientes", en referencia a los contenciosos que los dos países mantienen a cuenta del dominio colonial japonés de la península coreana, que tuvo lugar entre 1910 y 1945.
Ambos mandatarios "acordaron proseguir con las conversaciones para lograr una pronta de resolución de los asuntos pendientes", según explicó en un comunicado la oficina de Yoon.
Los dos líderes se reunieron hoy en la capital de Camboya, Nom Pen, en el marco de la cumbre de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), en la cual participan ambos líderes dentro de los grupos ASEAN+3 y ASEAN+6.
Desde la llegada al poder de Yoon el pasado mayo, ambos han prometido reparar lazos después de que la relación bilateral experimentara recientemente su peor momento en décadas.
Las compensaciones que tribunales surcoreanos recientemente han ordenado pagar a empresas y autoridades japonesas para víctimas de la colonización nipona de la península se convirtieron en el principal escollo ente ambos países.
Diplomáticos de ambos países mantienen discusiones desde hace meses para tratar de solventar este tema, que según Tokio quedó zanjado tras la firma de un tratado en 1965.
En este sentido, "los dos se congratularon por la reciente y rápida recuperación de los intercambios personales entre ambos países y expresaron su deseo de que estos se incrementen".
Yoon y Kishida "también condenaron enérgicamente los recientes lanzamientos de misiles balísticos de Corea del Norte como serios y graves actos de provocación que amenazan la paz y la seguridad no solo en la península de Corea sino también en el noreste de Asia y la comunidad internacional", añadió el comunicado.
También acordaron trabajar juntos para fortalecer la cooperación trilateral en materia de seguridad con Estados Unidos (con cuyo presidente, Joe Biden, celebraron hoy también cumbres a nivel bilateral y trilateral) y para lograr una respuesta más contundente del Consejo de Seguridad de la ONU para con los programas de armas de Pionyang.
El presidente surcoreano y el primer ministro nipón también pusieron en común sus respectivas estrategias para lograr "una región del Indo-Pacífico libre, abierta y segura".