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Se publicaron modificaciones a la Norma Oficial Mexicana 127 de la Secretaría de Salud, en materia de agua para consumo humano, por lo que el valor máximo permisible ahora será de 0.010 miligramos de arsénico por litro. El Municipio de Torreón tiene un año como plazo máximo para asegurar este cumplimiento, que prácticamente deja fuera al 75 por ciento de los pozos urbanos.
Cabe señalar que, en México, la norma permitía hasta 0.025 miligramos de arsénico por litro de agua, pero la disposición atiende a la recomendación que durante décadas ha hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Gerardo Jiménez, investigador especializado en temas del agua, dijo que el Decreto obliga a los organismos operadores a proveer agua dentro del estándar internacional y la nueva norma, lo que les resultará muy complicado, pues no tienen problema de resolver el problema de fondo, que es la sobreexplotación de los acuíferos.
Para las ciudades con 500 mil habitantes o más, como es el caso de Torreón, la norma deberá aplicarse en un año; se otorga un plazo de tres años para las que tienen menos de 500 mil y hasta 50 mil personas, como Gómez Palacio y Lerdo; y serían seis años para las zonas con menos de 50 mil habitantes, como Francisco I. Madero, Matamoros, Viesca y Tlahualilo, que en La Laguna son las áreas con mayor afectación en cuanto al arsénico.
El investigador consideró que en Torreón se deberá retomar el uso de los filtros para la remoción de arsénico a pie de pozo que se instalaron durante la administración federal anterior, pues de lo contrario, no será posible que el agua recupere su calidad a corto plazo, de modo que la medida más pronta y urgente sería esa.
"Todos sabemos que el problema está en la sobreexplotación del acuífero", expresó.
Señaló que actualmente no se tiene un diagnóstico preciso sobre los niveles de arsénico en los pozos, pues los datos no han sido actualizados, pero de acuerdo a los antecedentes, serían dos terceras partes de las norias en la ciudad las que quedarían fuera del estándar internacional.
Jiménez dijo que muchos laguneros ya habitualmente beben agua de garrafón, pero los municipios deberán atender las regulaciones a la brevedad.
El último cambio a la normativa de salud en México ocurrió en el año 2000, cuando se bajó de 0.050 miligramos de arsénico por litro de agua a 0.025.
